Se asustaron y, llenos de miedo, pensaban que era un fantasma.
Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu.
Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veían un fantasma!
Quedaron atónitos y asustados, pensando que veían algún espíritu,
Ellos entonces se turbaron y se llenaron de temor, pues pensaban que veían un espíritu.
Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.
Pero ellos estaban aterrorizados y asustados, y pensaban que veían un espíritu.
El rico insistió: No, no, padre Abrahán; pero si un muerto fuera a verlos, se enmendarían.
El les dijo: ¿Por qué están asustados? ¿Por qué les vienen esas dudas?
Le dijeron: Estás loca. Ella se empeñaba en que sí. Los otros decían: Será su ángel.
El rey le dijo: No temas. ¿Qué ves? Respondió: Un espíritu que sube de lo hondo de la tierra.