Lucas 23:40 - Nueva Biblia Española (1975) Uno de los malhechores crucificados lo escarnecía diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Biblia Nueva Traducción Viviente Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Biblia Católica (Latinoamericana) Pero el otro lo reprendió diciendo: '¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?' La Biblia Textual 3a Edicion Pero interviniendo el otro, reprendiéndolo,° dijo: ¿Ni aun temes a Dios, tú que estás en el mismo castigo?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero el otro lo reprendió, diciendo: '¿Ni siquieras tú temes a Dios, tú que estás padeciendo el mismo suplicio? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación? |
El malvado escucha en su interior un oráculo del pecado: 'No tengo miedo a Dios ni en su presencia'.
y tus ojos, Señor, buscan la sinceridad. Los heriste y no les dolió, los consumiste y no escarmentaban; endurecían la cara como roca y se negaban a convertirse.
No guardarás odio a tu hermano. Reprenderás abiertamente a tu conciudadano y no cargarás con pecado por su causa.
El les dijo: ¿Por qué son cobardes? ¡Qué poca fe! Se puso en pie, dio una orden a los vientos y al lago y sobrevino una gran calma.
Les voy a indicar a quién tienen que temer: Teman al que tiene poder para matar y después echar en el fuego. Sí, a ése témanlo, desde luego.
Además, tenía puesto encima un letrero: el rey de los judíos es éste.
Pero el otro lo reprendió: ¿Ni siquiera tú, sufriendo la misma pena, tienes temor de Dios?
En vez de asociarse a las acciones improductivas de las tinieblas, denúncienlas,
¿Quién no te respetará?, ¿Quién no dará gloria a tu nombre, si sólo tú eres santo? Todas las naciones vendrán a postrarse ante ti, porque tus justas sentencias se han promulgado.
y maldecían al Dios del cielo por los dolores y las llagas, pero no enmendaron su conducta.