Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién podría ser el que iba a hacer aquello.
Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Los discípulos comenzaron a preguntarse unos a otros quién sería capaz de hacer semejante cosa.
Entonces empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos iba a hacer tal cosa.
Y ellos comenzaron a preguntarse quién de ellos sería el que iba a hacer esto.
Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.
Ellos, consternados, empezaron a replicarle uno tras otro: ¡No seré yo, Señor!
Ellos, apenados, empezaron a replicarle uno tras otro: ¡No seré yo!
porque este Hombre se va según lo establecido. Pero ¡ay del que lo entrega!
Surgió además entre ellos una disputa sobre cuál de ellos debía ser considerado el más grande.