arrancando armuelles por los matorrales, alimentándose de raíces de retama;
Lucas 15:16 - Nueva Biblia Española (1975) Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues nadie le daba de comer. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Biblia Nueva Traducción Viviente El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada. Biblia Católica (Latinoamericana) Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo. La Biblia Textual 3a Edicion Y ansiaba saciarse° con las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y ansiaba llenar su estómago siquiera de las algarrobas que comían los puercos, pues nadie le daba nada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie le daba. |
arrancando armuelles por los matorrales, alimentándose de raíces de retama;
Mira a la derecha, fíjate: nadie me hace caso; no tengo a donde huir, nadie mira por mi vida.
Se apacienta de ceniza, una mente ilusa lo extravía, no es capaz de liberarse diciendo: ¿No es un engaño lo que tengo en mi diestra?
¿Por qué gastan dinero en lo que no alimenta?, ¿y el salario en lo que no da hartura? Escúchenme atentos, y comerán bien, saborearán platos sustanciosos,
Acérquense ustedes, hijos de bruja, estirpe de adúltera y prostituta:
los que comían manjares exquisitos, desfallecen en la calle; los que se criaron entre púrpura, se revuelcan en la basura.
Efraín se apacienta de viento, va detrás del solano todo el día, hace acopio de embustes funestos. Hace alianza con Asiría, envía aceite a Egipto.
No den lo sagrado a los perros ni les echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y además se vuelvan y los destrocen.
Fue entonces y se puso al servicio de uno de los naturales de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos.
Recapacitando entonces, se dijo: Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre.