Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor;
Lucas 13:35 - Nueva Biblia Española (1975) 'Pues miren, su casa se les quedará vacía. Y les digo que no me volverán a ver hasta el día que exclamen: 'Bendito el que viene en nombre del Señor' Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor. Biblia Nueva Traducción Viviente Y ahora, mira, tu casa está abandonada. Y no volverás a verme hasta que digas: “Bendiciones al que viene en el nombre del Señor”. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso se van a quedar con su Templo vacío y no me volverán a ver hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: '¡Bendito sea el que viene en Nombre del Señor!' La Biblia Textual 3a Edicion He aquí vuestra casa os es dejada desierta, y os digo que no me veréis hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mirad que vuestra casa se os quedará desierta. Pero yo os digo: ya no me volveréis a ver hasta que llegue el momento en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y de cierto os digo que no me veréis, hasta que venga el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor. |
Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor;
que sus terrenos se vuelvan un desierto, que nadie habite en sus tiendas;
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del heraldo que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria! Que dice a Sión: 'Ya reina tu Dios'.
Y si no cumplen estos mandatos, juro por mí mismo -oráculo del Señor- que este palacio se convertirá en ruinas.
Por eso, así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré caer sobre Judá y sobre los habitantes de Jerusalén todas las amenazas que he pronunciado contra ellos, porque les hablé, y no me escucharon; los llamé, y no me respondieron.
Pues por culpa de ustedes Sión será un campo arado, Jerusalén será una ruina, el monte del templo un cerro de breñas.
Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.
Movilizaré a todas las naciones contra Jerusalén: conquistarán la ciudad, saquearán las casas, violarán a las mujeres; la mitad de la población marchará al destierro, el resto del pueblo no será expulsado de la ciudad.
Y los grupos que iban delante y detrás gritaban: ¡Sálvanos' por el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Sálvenos desde lo alto!
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no han querido!
Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que la época de los paganos llegue a su término.
cogieron los ramos de las palmas, salieron a su encuentro y empezaron a dar gritos: ¡Sálvanos! ¡Bendito el que llega en nombre del Señor, el rey de Israel!