Entonces los magos dijeron al Faraón: Es el dedo de Dios. Pero el Faraón se empeñó en no hacerles caso, como lo había anunciado el Señor.
Lucas 11:20 - Nueva Biblia Española (1975) En cambio, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, señal que el reinado de Dios les ha llegado a ustedes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, si con el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado° a vosotros el reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. |
Entonces los magos dijeron al Faraón: Es el dedo de Dios. Pero el Faraón se empeñó en no hacerles caso, como lo había anunciado el Señor.
Durante ese reinado el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre;
En cambio, si yo echo los demonios con el Espíritu de Dios, señal que el reinado de Dios les ha llegado a ustedes.
Se hablaba de él en toda Siria: le traían enfermos con toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curó.
Hasta el polvo de este pueblo que se nos ha pegado a los pies nos lo limpiamos, ¡para ustedes! De todos modos, sepan que ya llega el reinado de Dios'.
curen a los enfermos que haya, y digan: 'Ya les llega el reinado de Dios'.
Mientras un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
Y ahora miren, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes he predicado el reino, volverá a verme.
Esto es indicio claro del justo juicio de Dios, que se propone concederles su reino, por e) cual bien que padecen;