Al atardecer se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora; despide a la multitud, que vayan a los pueblitos y se compren comida.
Lucas 10:40 - Nueva Biblia Española (1975) Marta, en cambio, se distraía con el mucho trajín; hasta que se paró delante, y dijo: Señor, ¿no se te da nada de que mi hermana me deje trajinar sola? Dile que me eche una mano. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Biblia Nueva Traducción Viviente pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. En cierto momento Marta se acercó a Jesús y le dijo: 'Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Marta estaba atareada° con respecto a mucho servicio; y parándose, dijo: Señor: ¿No te importa que mi hermana me dejó sola para servir? Dile pues que me ayude. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Marta, entre tanto, andaba atareada con los muchos quehaceres. Por fin, se paró y dijo: 'Señor, ¿es que no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trajín de la casa? Dile que venga a echarme una mano'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Marta se distraía en muchos servicios; y vino a Él, diciendo: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile, pues, que me ayude. |
Al atardecer se acercaron los discípulos a decirle: Estamos en un lugar despoblado y ya ha pasado la hora; despide a la multitud, que vayan a los pueblitos y se compren comida.
Entonces Pedro lo tomó aparte y empezó a regañarle: ¡Líbrete Dios, Señor! ¡No te pasará a ti eso!
Al enterarse sus parientes fueron a echarle mano, pues se decía que había perdido el juicio.
Por el camino entró Jesús en un Pueblito, y una mujer de nombre Marta lo recibió en su casa.
Pero el Señor le contestó: Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas:
Había cierto enfermo, Lázaro, que era de Betania, de la aldea de María y de su hermana Marta.
Le ofrecieron allí una cena y Marta servía; Lázaro era uno de los que estaban reclinados con él a la mesa.
Trabajen, no por el pan que se acaba, sino por el alimento que dura dando vida definitiva, el que les va a dar este Hombre; pues a éste el Padre, Dios, lo ha marcado con su sello.