Me darás el primogénito de tus hijos; lo mismo harás con tus toros y ovejas: durante siete días quedará la cría con su madre y el octavo día me la entregarás.
Levítico 22:8 - Nueva Biblia Española (1975) No comerá animal muerto o desgarrado por una fiera: quedaría impuro. Yo soy el Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente No se le permite comer un animal que haya muerto de muerte natural o haya sido despedazado por los animales salvajes, porque esto lo contaminará. Yo soy el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) No comerán animal muerto o destrozado, pues con él se harían impuros: ¡Yo soy Yavé! La Biblia Textual 3a Edicion No comerá nada mortecino ni despedazado por fiera, porque será contaminado con ellos. Yo, YHVH. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No comerá carne de animal muerto o despedazado, pues se contaminaría con ella. Yo, Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello: Yo soy Jehová. |
Me darás el primogénito de tus hijos; lo mismo harás con tus toros y ovejas: durante siete días quedará la cría con su madre y el octavo día me la entregarás.
Ustedes me estarán consagrados: no coman carne de animal despedazado en el campo; échensela a los perros.
Yo repliqué: -¡Ay Señor! Mira que yo nunca me he contaminado; desde muchacho nunca he comido carne de animal muerto o despedazado por una fiera; nunca ha entrado en mi boca carne de desecho.
Los sacerdotes no comerán ningún ave ni animal terrestre muerto o desgarrado por una fiera.
Todo indígena o emigrante que coma carne muerta o desgarrada por una bestia, lavará sus vestidos y se bañará, y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro.
La grasa de un animal muerto o desgarrado por una bestia servirá para cualquier uso, pero no la pueden comer.
No comerán sus cadáveres, déjenselos al emigrante que vive en tu vecindad para que se los coma o véndeselos al extranjero, porque tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios. No cocerás un cabrito en la leche de su madre.