Labán le dijo: Eres de mi carne y sangre. Jacob se quedó con él un mes.
Jueces 9:2 - Nueva Biblia Española (1975) Digan a los siquemitas: ¿Qué les conviene más, que los gobiernen setenta, es decir, todos los hijos de Yerubaal, o que los gobierne uno solo? Y no olviden que yo soy de su sangre. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo os ruego que digáis en oídos de todos los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra. Biblia Nueva Traducción Viviente «Pregúntenles a los ciudadanos prominentes de Siquem si prefieren ser gobernados por los setenta hijos de Gedeón o por un solo hombre. ¡Y recuerden que soy de la misma sangre que ustedes!». Biblia Católica (Latinoamericana) Hagan esta pregunta a los señores de Siquem: ¿Prefieren ser gobernados por setenta hombres, todos hijos de Jerubaal, o tener un solo patrón? Acuérdense que yo soy de su sangre'. La Biblia Textual 3a Edicion Os ruego que digáis a oídos de todos los señores° de Siquem: ¿Es mejor para vosotros que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo varón? Recordad también que yo soy vuestro hueso y vuestra carne. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Decid, por favor, a oídos de todos los principales de Siquén: '¿Qué es mejor para vosotros, que reinen sobre vosotros setenta hombres, hijos todos ellos de Yerubaal, o que reine sobre vosotros uno solo?'. Y tened en cuenta que soy hueso vuestro y carne vuestra'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo os ruego que habléis a oídos de todos los de Siquem: ¿Qué os parece mejor, que todos los hijos de Jerobaal, setenta hombres, reinen sobre vosotros; o que reine sobre vosotros un solo hombre? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra. |
Labán le dijo: Eres de mi carne y sangre. Jacob se quedó con él un mes.
A Amasa díganle: 'Eres de mi carne y sangre. Que Dios me castigue si no te nombro de por vida general en jefe de mi ejército en vez de Joab'.
Los israelitas se reunieron con David en Hebrón y le dijeron: Mira, somos de la misma sangre.
Por eso, como los suyos tienen todos la misma carne y sangre, también él asumió una como la de ellos, para con su muerte reducir a la impotencia al que tenía dominio sobre la muerte, es decir, al diablo,
Al contrario, se han sublevado hoy contra la familia de mi padre, asesinando a sus hijos, setenta hombres, en la misma piedra, y han nombrado rey de los siquemitas a Abimelec, hijo de una sirvienta de mi padre, con el pretexto de que es pariente de ustedes.
Luego fue a casa de su padre, a Ofrá, y asesinó a sus hermanos, los hijos de Yerubaal, a setenta hombres en la misma piedra. Sólo quedó Yotán, el hijo menor de Yerubaal, que se había escondido.