Pero cuando Roboán consolidó su reino y se hizo fuerte, él y todo Israel abandonaron la Ley del Señor.
Jueces 2:15 - Nueva Biblia Española (1975) En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción. Biblia Nueva Traducción Viviente Cada vez que los israelitas salían a la batalla, el Señor peleaba en contra de ellos e hizo que sus enemigos los derrotaran, tal como él les había advertido. Y el pueblo estaba muy angustiado. Biblia Católica (Latinoamericana) Cada vez que iban a la guerra, la mano de Yavé se alzaba en su contra para su desgracia, tal como Yavé se lo había dicho y jurado: estaban en una situación desastrosa. La Biblia Textual 3a Edicion Por dondequiera que salían, la mano de YHVH estaba contra ellos para mal, como YHVH había hablado, y como YHVH se lo había jurado, de suerte que se veían en grandes aprietos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En todas sus campañas, la mano de Yahveh les era adversa, según se lo había anunciado Yahveh y se lo había jurado. Estaban, pues, en gran aprieto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por dondequiera que salían, la mano de Jehová era contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; así los afligió en gran manera. |
Pero cuando Roboán consolidó su reino y se hizo fuerte, él y todo Israel abandonaron la Ley del Señor.
si ese pueblo al que me refiero se convierte de su maldad, yo me arrepentiré del mal que pensaba hacerles.
Porque me enfrento con esta ciudad para mal y no para bien -oráculo del Señor- . Será entregada al rey de Babilonia, que la pasará a fuego.
Por eso, así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo me enfrentaré con ustedes para mal, para extirpar a Judá.
Yo vigilaré sobre ustedes para mal y no para bien. Se consumirán los judíos de Egipto, con la espada y el hambre y la peste, hasta acabarse.
Por eso así dice el Señor: Miren, yo planeo una desgracia contra esa gente, de la que no podrán apartar el cuello, ni podrán caminar erguidos, porque es una hora funesta.
Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados;
Y el profeta que tenga el atrevimiento dé decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá'.
Los amonitas pasaron el Jordán con intención de luchar también contra Judá, Benjamín y la tribu de Efraín; así que Israel llegó a una situación desesperada.
¿van a esperar a que crezcan, van a renunciar, por ellos, a casarse? No, hijas. Mi suerte es más amarga que la suya, porque la mano del Señor se ha desatado contra mí.
Pero si no obedecen al Señor y se rebelan contra sus mandatos, el Señor descargará la mano sobre ustedes y sobre su rey, hasta destruirlos.
Al verse en peligro ante el avance filisteo, los israelitas fueron a esconderse en las cuevas, los agujeros, las peñas, los refugios y los aljibes.
Los que seguían a Saúl eran unos dos mil hombres. La lucha se extendió por toda la serranía de Efraín. Saúl cometió aquel día un grave error, conjurando a la tropa: Maldito el que pruebe un bocado antes de la tarde, mientras me vengo de mis enemigos. Nadie probó bocado.