así saca él pan de los campos, y vino que le alegra el ánimo, y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas.
Jueces 19:8 - Nueva Biblia Española (1975) A la mañana del quinto día madrugó para marchar, y el padre de la joven le dijo: Anda, toma fuerzas. Y se entretuvieron comiendo juntos, hasta avanzado el día. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al quinto día, levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Conforta ahora tu corazón, y aguarda hasta que decline el día. Y comieron ambos juntos. Biblia Nueva Traducción Viviente A la mañana del quinto día, el hombre se levantó temprano nuevamente, listo para partir, pero una vez más el padre de la joven le dijo: «Come algo; después podrás irte esta tarde». Así que se pasaron otro día de festejo. Biblia Católica (Latinoamericana) Al quinto día, como se levantara muy temprano para irse, el padre de la joven le dijo: 'Repón tus fuerzas, espera la caída de la tarde'. Comieron los dos juntos. La Biblia Textual 3a Edicion Al quinto día madrugó y se dispuso a partir, pero el padre de la joven le dijo: Te ruego que confortes tu corazón, y esperes hasta que el día decline. Y ambos comieron juntos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al quinto día se levantó de madrugada para partir; pero el padre de la joven le dijo: 'Reconforta, por favor, tu corazón'. Así aguardaron hasta el declinar del día y comieron juntos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al quinto día levantándose de mañana para irse, le dijo el padre de la joven: Te ruego que confortes ahora tu corazón. Y se detuvieron hasta que ya declinaba el día, y comieron ambos juntos. |
así saca él pan de los campos, y vino que le alegra el ánimo, y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas.
Al cuarto día madrugó y se preparó para marchar. Pero el padre de la muchacha le dijo: Toma fuerzas, prueba un bocado y luego se van ustedes.
El levita se disponía a marchar; pero su suegro le insistió tanto, que cambió de parecer y se quedó allí.
Cuando el levita se levantó para marchar con su mujer y el sirviente, el suegro, el padre de la joven, le dijo: Mira, ya se hace tarde; pasa aquí la noche, que te sentará bien; mañana madrugas y haces el camino a casa.