Mientras, ya que pasan junto a su siervo, traeré un pedazo de pan para que recuperen fuerzas antes de seguir. Contestaron: Bien, haz lo que dices.
Jueces 19:5 - Nueva Biblia Española (1975) Al cuarto día madrugó y se preparó para marchar. Pero el padre de la muchacha le dijo: Toma fuerzas, prueba un bocado y luego se van ustedes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Al cuarto día, cuando se levantaron de mañana, se levantó también el levita para irse; y el padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis. Biblia Nueva Traducción Viviente Al cuarto día, el hombre se levantó temprano y estaba listo para partir, pero el padre de la joven le dijo a su yerno: «Come algo antes de irte». Biblia Católica (Latinoamericana) Al cuarto día se levantaron de madrugada y el levita se dispuso a partir. Pero el padre de la joven dijo a su yerno: 'Repón tus fuerzas, cómete un pedazo de pan; luego te irás'. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que al cuarto día madrugaron muy de mañana, y él se preparó para partir, pero el padre de la joven dijo a su yerno: Sustenta antes° tu corazón con un bocado de pan, y después os marcharéis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al cuarto día se levantaron de madrugada y él se dispuso a emprender el camino. Pero el padre de la joven dijo a su yerno: 'Reconfórtate con un bocado de pan y después os iréis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció al cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana, que él se levantó para irse; y el padre de la joven dijo a su yerno: Conforta tu corazón con un bocado de pan, y después os iréis. |
Mientras, ya que pasan junto a su siervo, traeré un pedazo de pan para que recuperen fuerzas antes de seguir. Contestaron: Bien, haz lo que dices.
Entonces el rey le dijo: Ven conmigo a palacio a tomar algo, y te haré un regalo.
así saca él pan de los campos, y vino que le alegra el ánimo, y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas.
Jesús les dijo: Para mí es alimento realizar el designio del que me mandó, dando remate a su obra.
Luego comió y le volvieron las fuerzas. Pasó unos días con los discípulos de Damasco,
Su suegro, el padre de la joven, lo retuvo, y el levita se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y durmiendo allí.
A la mañana del quinto día madrugó para marchar, y el padre de la joven le dijo: Anda, toma fuerzas. Y se entretuvieron comiendo juntos, hasta avanzado el día.
David le preguntó: ¿De quién eres y de dónde vienes? El muchacho egipcio respondió: Soy esclavo de un amalecita; mi amo me abandonó porque me puse malo hace tres días.