No me quites el aliento como a los pecadores ni la vida como a los sanguinarios,
Jueces 19:18 - Nueva Biblia Española (1975) Le respondió: Vamos de paso, desde Belén de Judá hasta la serranía de Efraín; yo soy de allí y vuelvo de Belén a mi casa; pero nadie me invita a la suya, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él respondió: Pasamos de Belén de Judá a la parte más remota del monte de Efraín, de donde soy; y había ido a Belén de Judá; mas ahora voy a la casa de Jehová, y no hay quien me reciba en casa. Biblia Nueva Traducción Viviente —Regresamos de Belén, en Judá —le contestó el hombre—, y vamos hacia una zona remota de la región montañosa de Efraín, donde yo vivo. Viajé a Belén y ahora voy de regreso a mi hogar. Pero nadie nos ha invitado a su casa para pasar la noche, Biblia Católica (Latinoamericana) Este respondió: 'Venimos de Belén de Judá y vamos a los confines de la montaña de Efraín, porque yo soy de allá. Fui hasta Belén de Judá y me vuelvo a mi casa, pero nadie me ha recibido en la suya. La Biblia Textual 3a Edicion Y le contestó: Estamos de paso desde Bet-léhem de Judá hacia los confines de la serranía de Efraín. De allí soy, y voy a Bet-léhem de Judá, y ahora voy a la Casa de YHVH,° pero no hay quien me reciba en su casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y le respondió: 'Estamos de paso. Vamos de Belén de Judá hacia los confines de la montaña de Efraín, de donde soy. He ido a Belén y ahora vuelvo a mi casa. Pero no hay quien me ofrezca la suya. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él respondió: Pasamos de Belén de Judá a los lados del monte de Efraín, de donde yo soy; y partí hasta Belén de Judá; mas ahora voy a la casa de Jehová, y no hay quien me reciba en casa, |
No me quites el aliento como a los pecadores ni la vida como a los sanguinarios,
pisa con cuenta el umbral de tu vecino, no sea que lo hartes y te aborrezca.
Si uno no sigue conmigo, lo tiran fuera como al sarmiento y se seca; los recogen, los echan al fuego y se queman.
La asamblea israelita en pleno se reunió en Silo e instalaron allí la tienda del encuentro. El país les estaba sometido.
Un joven de Belén de Judá (de la tribu de Judá), que era levita y residía allí como emigrante,
Todo el tiempo que estuvo el templo de Dios en Silo tuvieron instalada entre ellos la estatua de Mica.
El viejo alzó los ojos y vio al viajero en la plaza del pueblo. Le preguntó: ¿Adonde vas y de dónde vienes?
y eso que traigo paja y forraje para los burros, y tengo comida para mí, para tu servidora y para el criado que acompaña a tu servidor. No nos falta nada.
Al cuarto día madrugó y se preparó para marchar. Pero el padre de la muchacha le dijo: Toma fuerzas, prueba un bocado y luego se van ustedes.
Se pusieron en camino hacia Betel y consultaron a Dios: ¿Quién de nosotros irá el primero a la guerra contra los benjaminitas? El Señor respondió: Judá.
Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos en Silo, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Eli: Jofní y Fineés.
Así hacía año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así. Una vez Ana lloraba y no comía.