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Jueces 16:16 - Nueva Biblia Española (1975)

Y como lo importunaba con sus quejas día tras día hasta marearlo, Sansón, ya desesperado,

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Biblia Reina Valera 1960

Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Día tras día lo estuvo fastidiando hasta que Sansón se hartó de tanta insistencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Como siguiera molestándolo y acosándolo todos los días con la misma pregunta, creyó que se iba a morir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que como ella lo apremiaba con sus palabras cada día, acosándolo, su alma desfalleció hasta morir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y tanto le importunaba y le agobiaba con sus palabras día tras día que su espíritu decayó hasta sentir mortal hastío.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.

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Jueces 16:16
11 Tagairtí Cros  

¿Me quejo yo de algún hombre o pierdo la paciencia sin razón?


Respondió Dios a Jonás: ¿Y vale irritarse por lo del ricino? Contestó: ¡Vaya si vale! Y mortalmente.


Y les dijo: Esto es la sangre de la alianza mía que se derrama por todos.


Les digo que acabará por levantarse y darle lo que necesita, si no por ser amigos, al menos para librarse de su importunidad.


pero esa viuda me está amargando la vida; le voy a hacer justicia para que no venga a reventarme sin parar'.


Entonces la mujer de Sansón le fue llorando: Ya me has aborrecido, ya no me quieres. A los de mi pueblo les has puesto la adivinanza y a mí no me dices la solución. El le contestó: ¡Conque no se la he dicho a mi padre ni a mi madre y te la voy a decir a ti!


Pero ella le estuvo llorando los siete días del convite. Al fin, el día séptimo -tanto le importunaba- le dijo la solución, y ella se la dijo a los de su pueblo.


Ella se le quejó: ¡Y luego dices que me quieres, pero tu corazón no es mío! Es la tercera vez que me engañas y no me dices el secreto de tu fuerza.


le dijo su secreto: Nunca ha pasado la navaja por mi cabeza, porque estoy consagrado a Dios desde antes de nacer. Si me corto el pelo perderé la fuerza, me quedaré débil y seré como uno cualquiera.