Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Jueces 16:10 - Nueva Biblia Española (1975)

Dalila se le quejó: Vaya, me has engañado; me has dicho una mentira. Anda, dime cómo se te puede sujetar.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Después Dalila le dijo: —¡Hasta ahora te has burlado de mí y me has dicho mentiras! Así que, por favor, dime cómo es posible amarrarte sin que te liberes.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Dalila dijo a Sansón: 'Te burlaste de mí y me contaste mentiras. Dime con qué hay que amarrarte'.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y Dalila dijo a Sansón: Mira, me has engañado y me has dicho mentiras. Ahora te ruego que me declares cómo se te puede atar.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo entonces Dalila a Sansón: 'Te has burlado de mí y me has dicho una mentira. Por favor, dime ahora con qué habría que atarte'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Dalila dijo a Sansón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme pues, ahora, yo te ruego, cómo podrás ser atado.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Jueces 16:10
10 Tagairtí Cros  

Cuatro veces me mandaron a decir lo mismo y les contesté igual.


No atestigües sin motivo contra tu prójimo, no engañes con los labios,


Acuden a ti en tropel y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan tus palabras, pero no las practican; con la boca dicen lisonjas, pero su ánimo anda tras el negocio.


Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas a este Hombre?


El respondió: Si me atan bien con cuerdas nuevas, sin estrenar, perderé la fuerza y seré como uno cualquiera.


Dalila se le quejó: Hasta ahora me has engañado, me has dicho una mentira. Anda, dime cómo se te puede sujetar. El respondió: Si trenzas los siete mechones de mi cabeza con la urdimbre y los fijas con el batidor, perderé la fuerza y seré como uno cualquiera.


Sansón le respondió: Si me atan con siete cuerdas humedecidas, sin dejarlas secar, perderé la fuerza y seré como uno cualquiera.


Se apostaron al acecho en la alcoba, y ella gritó: ¡Sansón, los filisteos! El rompió las cuerdas como se rompe un cordón de estopa chamuscada, y no se supo el secreto de su fuerza.