Entonces el rey suplicó al profeta: Por favor, aplaca al Señor, tu Dios, y reza por mí para que recupere el movimiento del brazo. El profeta aplacó al Señor y el rey recuperó el movimiento del brazo, que le quedó como antes.
Jueces 11:8 - Nueva Biblia Española (1975) Los concejales de Galaad le contestaron: Así es. Ahora nos dirigimos a ti para que vengas con nosotros a luchar contra los amonitas. Serás jefe nuestro, de todos los que estamos en Galaad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad. Biblia Nueva Traducción Viviente —Porque te necesitamos —contestaron los ancianos—. Si marchas al frente de nosotros a la batalla contra los amonitas, te proclamaremos gobernante de todo el pueblo de Galaad. Biblia Católica (Latinoamericana) Los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: 'Precisamente por eso nos hemos dirigido a ti ahora, para que marches al frente de nosotros y combatas a los amonitas; queremos hacerte jefe de todos los habitantes de Galaad'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: Por esto precisamente nos tornamos ahora a ti, para que vengas con nosotros y luches contra los hijos de Amón y nos sirvas por caudillo a todos los habitantes de Galaad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero los ancianos de Galaad le dijeron: 'Hemos vuelto a ti precisamente ahora, para que vengas con nosotros a pelear contra los amonitas y seas nuestro jefe y el de todos los habitantes de Galaad'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza a todos los que moramos en Galaad. |
Entonces el rey suplicó al profeta: Por favor, aplaca al Señor, tu Dios, y reza por mí para que recupere el movimiento del brazo. El profeta aplacó al Señor y el rey recuperó el movimiento del brazo, que le quedó como antes.
Perdonen mi pecado esta vez, recen al Señor, su Dios, para que aleje de mí este castigo mortal.
Replicó el Faraón: Yo los dejaré marchar al desierto con sus víctimas para el Señor, su Dios, a condición de que no se alejen. Recen por mí.
El Faraón llamó a Moisés y Aarón, y les pidió: Recen al Señor para que aleje las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré marchar al pueblo para que ofrezca sacrificios al Señor.
Recen al Señor, que ya basta de truenos y granizo, y les dejaré marchar sin retenerlos más.
La gente decía: El que empiece la guerra contra los amonitas será el caudillo de los que vivimos en Galaad.
Jefté les dijo: ¿De modo que me llaman para luchar contra los amonitas? Pues si el Señor me los entrega, seré jefe de ustedes.