Cuando los amonitas cayeron en la cuenta de que habían provocado a David, mandaron gente a contratar veinte mil mercenarios de infantería de los sirios de Casa Grande y los de Soba, mil hombres del rey de Maacá y doce mil del rey de Tob.
Jueces 11:3 - Nueva Biblia Española (1975) Jefté marchó lejos de sus hermanos y se estableció en el país de Tob. Se le juntaron unos cuantos desocupados, que hacían incursiones bajo su mando. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que Jefté huyó de sus hermanos y vivió en la tierra de Tob. En poco tiempo, tuvo una banda de rebeldes despreciables que lo seguían. Biblia Católica (Latinoamericana) Jefté se alejó entonces de sus hermanos y se instaló en el territorio de Tob. Se le juntaron aventureros que hacían incursiones con él. La Biblia Textual 3a Edicion Huyó pues Jefté de la presencia de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob. Y se agruparon alrededor de Jefté hombres ociosos que lo acompañaban en sus correrías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jefté marchó lejos de sus hermanos y estableció su residencia en la región de Tob. Se le unieron algunos maleantes, que hacían incursiones con él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Huyendo, pues, Jefté a causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales con él salían. |
Cuando los amonitas cayeron en la cuenta de que habían provocado a David, mandaron gente a contratar veinte mil mercenarios de infantería de los sirios de Casa Grande y los de Soba, mil hombres del rey de Maacá y doce mil del rey de Tob.
Los amonitas salieron a la guerra y formaron para la batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los sirios de Soba, Casa Grande y la gente de Tob y Maacá se quedaban aparte, en el campo.
Envidiosos los judíos, recluta-ron unos maleantes del arroyo y, provocando tumultos, alborotaron la ciudad. Se metieron en casa de Jasón, en busca de Pablo y Silas, para conducirlos ante la plebe;
Galaad tuvo otros hijos de su esposa legítima, y cuando llegaron a la mayoría de edad, echaron de casa a Jefté, diciéndole: Tú no puedes heredar en casa de nuestro padre, porque eres hijo de una mujer extraña.
Le dieron setecientos gramos de plata del templo de Baal del Pacto, y con ese dinero Abimelec asalarió a unos cuantos desocupados y aventureros que se pusieron a sus órdenes.
Se le juntaron unos, cuatrocientos hombres, gente en apuros o llena de deudas o desesperados de la vida. David fue su jefe
Entonces, con sus seiscientos hombres, se pasó a Aquís, hijo de Maón, rey de Gat.