Les daré pastores que las pastoreen: no temerán, ni se espantarán, ni se perderán -oráculo del Señor- .
Juan 6:39 - Nueva Biblia Española (1975) Y éste es el designio del que me mandó: que de todo lo que me ha entregado no pierda nada, sino que lo resucite el último día. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Biblia Nueva Traducción Viviente Y la voluntad de Dios es que yo no pierda ni a uno solo de todos los que él me dio, sino que los resucite, en el día final. Biblia Católica (Latinoamericana) Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La Biblia Textual 3a Edicion Y ésta es la voluntad del que me envió: que todo lo que me ha dado,° no pierda Yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: que nada de aquello que me ha dado se pierda, sino que yo lo resucite en el último día. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esta es la voluntad del Padre que me envió: Que de todo lo que me ha dado, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. |
Les daré pastores que las pastoreen: no temerán, ni se espantarán, ni se perderán -oráculo del Señor- .
Les aseguro que el día del juicio les será más soportable a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.
Pues lo mismo: es voluntad de su Padre del cielo que no se pierda ni uno de esos pequeños.
Tranquilícense, rebaño pequeño, que es decisión de su Padre reinar de hecho sobre ustedes.
Cuando uno me rechaza y no acepta mis exigencias, tiene quien le dé sentencia; el mensaje que he propuesto dará sentencia contra él el último día.
Mientras estaba con ellos, yo los mantenía unidos a tu persona, que has hecho presente en mí, y los protegí; ninguno de ellos se perdió, excepto el que iba a la perdición, y así se cumple aquel pasaje.
Ya que has puesto en su mano a la humanidad entera, que dé vida definitiva a todo lo que le has entregado.
Padre, quiero que también ellos, los que me has entregado, estén conmigo donde estoy yo, para que contemplen mi gloria, la que tú me has dado, porque me amaste antes que existiera el mundo.
He manifestado tu persona a los hombres que me entregaste sacándolos del mundo; tuyos eran, a mí me los entregaste y vienen cumpliendo tu mensaje.
Yo te ruego por ellos; no te ruego por el mundo, sino por los que me has entregado, porque son tuyos, y todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío, y en ellos dejo manifiesta mi gloria.
Así se cumplieron las palabras que había dicho: 'De los que me entregaste, no he perdido a ninguno'.
No os asombre esto, porque se acerca la hora en que van a oír su voz los que están en el sepulcro,
Todo lo que el padre me entrega llega hasta mí, y al que se acerca a mí no lo echo fuera,
Porque éste es el designio de mi Padre, que todo el que reconoce al Hijo y le presta adhesión tenga vida definitiva y lo resucite yo en el último día.
Nadie puede llegar hasta mí si el Padre que me mandó no tira de él, y a ése yo lo resucitaré el último día.
Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida definitiva y yo lo resucitaré el último día,
y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en ustedes, el mismo que resucitó al Mesías dará vida también a sus seres mortales, por medio de este Espíritu suyo que habita en ustedes.
pues Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.
A pesar de todo, el sólido cimiento de Dios está firme y lleva esta inscripción: 'El Señor conoce a los suyos', y 'quien invoca el nombre del Señor aléjese de la maldad”.
La oración hecha con fe dará la salud al enfermo y el Señor hará que se levante; si, además, tiene pecados, se le perdonarán.
reservada en el cielo para ustedes, que, gracias a la fe, están custodiados por la fuerza de Dios; para la salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Judas, servidor de Jesús el Mesías y hermano de Santiago, a los llamados que ama Dios Padre y custodia Jesús el Mesías.
Y aunque alguno se ponga a perseguirte a muerte, la vida de mi señor está bien atada en el morral de la vida, al cuidado del Señor, tu Dios, mientras que la vida de tus enemigos la lanzará como piedras con la honda.