los levitas cantores -Asaf, Hernán, Yedutún, sus hijos y sus hermanos-, vestidos de lino fino, con címbalos, arpas y cítaras, estaban de pie al este del altar, acompañados de ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas.
Juan 20:12 - Nueva Biblia Española (1975) y vio dos ángeles vestidos de blanco sentados uno a la cabecera y otro a los pies, en el lugar donde había estado colocado el cuerpo de Jesús. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Biblia Nueva Traducción Viviente Vio a dos ángeles vestidos con vestiduras blancas, uno sentado a la cabecera y el otro a los pies, en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. La Biblia Textual 3a Edicion y ve a dos ángeles de blanco sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había yacido el cuerpo de Jesús. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en el lugar de la cabeza y otro en el de los pies. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. |
los levitas cantores -Asaf, Hernán, Yedutún, sus hijos y sus hermanos-, vestidos de lino fino, con címbalos, arpas y cítaras, estaban de pie al este del altar, acompañados de ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas.
Durante la visión vi. que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó: Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas.
Allí se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron esplendentes como la luz.
Mientras miraban fijos al cielo viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco
A pesar de todo, tienes ahí en Sardis unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos pasearán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen.
Yo le respondí: 'Señor mío, tú lo sabrás'. El me contestó: 'Esos son los que han salido de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero,