Ella, al oírlo, se levantó deprisa y se dirigió adonde estaba él.
Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.
Entonces María salió enseguida a su encuentro.
Apenas lo oyó, María se levantó rápidamente y fue a donde él.
Cuando ella lo oyó, se levantó de prisa y fue° a Él;
María, al oírlo, se levantó en seguida y salió a donde él estaba,
Ella, oyéndolo, se levantó aprisa y vino a Él;
Anda -dice mi corazón-, busca su rostro,
¡Qué alegría saber responder, qué buena es la palabra oportuna!
El hierro afila al hierro, el hombre el perfil de su prójimo.
Dicho esto, se marchó y llamó a María, su hermana, diciéndole en secreto: El maestro está ahí y te llama.
Jesús no había llegado todavía a la aldea, estaba aún en el lugar donde había ido Marta a encontrarlo.