Jeremías 8:6 - Nueva Biblia Española (1975) He escuchado atentamente: No dicen la verdad, nadie se arrepiente de su maldad diciendo: ¿Qué he hecho? Todos vuelven a sus extravíos como caballo que se lanza a la batalla. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. Biblia Nueva Traducción Viviente Escucho sus conversaciones y no oigo una sola palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo? ¿Hay alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren por el camino del pecado tan veloces como galopa un caballo a la batalla! Biblia Católica (Latinoamericana) Ven y oyen, pero hablan otro lenguaje y nadie llora su maldad, diciendo: '¿Qué es lo que he hecho?' Todos prosiguen su loca carrera como un caballo que se lanza a la carga. La Biblia Textual 3a Edicion He estado atento y he escuchado: No hablan rectamente, No hay quien se arrepienta de su maldad, y diga: ¿Qué he hecho? Cada cual se vuelve a su carrera, Como corcel desbordado en la batalla. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estuve atento y oí: hablan como no deben nadie se arrepiente de su maldad diciendo: '¿Qué he hecho?'. Todos se precipitan en su carrera, como caballo lanzado al combate. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Escuché y oí; pero no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, y que diga: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su carrera, como caballo que arremete hacia la batalla. |
El Señor observa desde el cielo a los hijos de Adán, para ver si hay alguno sensato que busque a Dios. Se corrompen cometiendo execraciones, no hay quien obre bien.
Pero el Señor espera para apiadarse de ustedes, aguanta para compadecerlos porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él.
Por su delito de codicia me irrité un momento, lo herí y me oculté irritado, él se apartó y tiró por su camino.
Ve que no hay nadie, se extraña de que nadie intervenga. Entonces su brazo le dio la victoria, y su justicia lo mantuvo:
He oído lo que dicen los profetas, profetizando embustes en mi nombre, diciendo que han tenido un sueño;
pensando: 'No me vas a guardar un rencor eterno', y seguías obrando maldades, tan tranquila.
Repasen las calles de Jerusalén, miren, inspeccionen, busquen en sus plazas a ver si hay alguien que respete el derecho y practique la sinceridad; y la perdonaré.
Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.
Busqué entre ellos uno que levantara una cerca, que por amor a la tierra aguantara en la brecha frente a mí, para que yo no la destruyera; pero no lo encontré.
Todo Israel quebrantó tu ley rehusando obedecerte; por eso nos han caído encima las maldiciones consignadas con juramento en la Ley de Moisés, el siervo de Dios; porque pecamos contra él.
han desaparecido del país los hombres leales, no queda un hombre honrado; todos acechan para matar, se tienden redes unos a otros;
pensando: 'Quizá escarmiente y me tema, y no perezca su morada cuando yo le tome cuentas'; pero ellos madrugaban para pervertir sus acciones.
Pues ahora, así dice el Señor de los ejércitos: Fíjense en su situación:
Así comentaban entre sí los fieles del Señor, el Señor atendió y lo oyó. Ante él se escribía un libro de memorias: 'Fieles del Señor que estiman su nombre'.
No retrasa el Señor lo que prometió, aunque algunos lo estimen retraso: es que tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, quiere que todos tengan tiempo para enmendarse.
El resto de los hombres, los que no murieron por estas plagas, tampoco se arrepintieron: no renunciaron a las obras dé sus manos, ni dejaron de rendir homenaje a los demonios y a los ídolos de oro y plata, bronce, piedra y madera, que no ven ni oyen ni andan'.