Jeremías 45:3 - Nueva Biblia Española (1975) Tú dices: i Ay de mí!, que el Señor añade penas a mi dolor; me canso de gemir y no encuentro reposo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora!, porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso. Biblia Nueva Traducción Viviente “Tú has dicho: ‘¡Estoy repleto de dificultades! ¿No he sufrido ya lo suficiente? ¡Y ahora el Señor ha añadido más! Estoy agotado de tanto gemir y no encuentro descanso’”. Biblia Católica (Latinoamericana) Ya que tú has dicho: 'Pobre de mí, porque Yavé añade más penas a mis sufrimientos, estoy cansado de tanto llorar sin encontrar consuelo. La Biblia Textual 3a Edicion Tú dijiste: ¡Ay de mí, porque YHVH ha añadido tristeza a mi dolor! ¡Estoy cansado de gemir, y no hallo descanso! Biblia Serafín de Ausejo 1975 A pesar de que has dicho: '¡Ay de mí! pues Yahveh añade pena a mi dolor; estoy agotado de tanto gemir y no encuentro reposo', Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque Jehová ha añadido tristeza a mi dolor; fatigado estoy de mi gemir y no hallo descanso. |
Una sima grita a otra sima con voz de cascadas: tus torrentes y tus olas me han arrollado.
que en el reino de la muerte nadie te invoca y en el abismo ¿quién te da gracias?
Estoy agotado de gemir, de llorar sobre el lecho, regando de noche con lágrimas mi cama.
Estoy agotado de gritar, tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos de tanto aguardar a mi Dios.
¡Quién diera agua a mi cabeza y a mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de la capital!
Desde el cielo ha lanzado un fuego que se me ha metido en los huesos; ha tendido una red a mis pasos y me ha hecho retroceder, me ha dejado consternada y sufriendo todo el día.
Lleguen a tu presencia sus maldades y trátalos a ellos como me trataste a mí, por mis rebeliones: se multiplican mis gemidos, desfallece mi corazón'.
Por eso, encargados de este servicio por misericordia de Dios, no nos acobardamos;
Por esta razón no nos acobardamos; no, aunque nuestro exterior va decayendo, lo interior se renueva de día en día;
Por tanto, no nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos.