Acérquense, pueblos, a escuchar; naciones, atiendan; escuche la tierra y los que la llenan, el orbe y cuanto produce;
Jeremías 4:16 - Nueva Biblia Española (1975) Díganselo a los paganos, anúncienlo en Jerusalén: de tierra lejana llega el enemigo lanzando gritos contra los poblados de Judá; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Decid a las naciones: He aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y lanzarán su voz contra las ciudades de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente «Adviertan a las naciones vecinas y anuncien esto a Jerusalén: “El enemigo viene desde una tierra lejana, dando gritos de guerra contra las ciudades de Judá. Biblia Católica (Latinoamericana) Que todos sepan, en Judá y en Jerusalén, que los enemigos ya están aquí. Vienen de un lejano país y gritan contra las ciudades de Judá, La Biblia Textual 3a Edicion Anunciad a las naciones: Ved, anunciad a Jerusalem: ¡Vienen sitiadores de tierras lejanas, Y hacen resonar su voz contra las ciudades de Judá! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Avisad a las naciones: '¡Aquí está!'. Proclamad en Jerusalén: 'Centinelas llegan de un país lejano y dan voces contra las ciudades de Judá'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz contra las ciudades de Judá. |
Acérquense, pueblos, a escuchar; naciones, atiendan; escuche la tierra y los que la llenan, el orbe y cuanto produce;
Pero el profeta Isaías se presentó al rey Ezequías y le dijo: ¿Qué ha dicho esa gente y de dónde vienen a visitarte? Ezequías contestó: De una tierra lejana han venido a visitarme: de Babilonia.
Voy a reclutar a todas las tribus del norte -oráculo del Señor- : Vendrán y pondrá cada uno su asiento frente a las puertas de Jerusalén, en torno a sus murallas y frente a los poblados de Judá.
Morirán en esta tierra grandes y pequeños, no serán sepultados ni llorados, ni por ellos se harán incisiones o se raparán el pelo;
que rugen contra él con gran estruendo? Arrasaron su tierra, incendiaron sus poblados hasta dejarlos deshabitados.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla en las islas remotas: El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como el pastor de su rebaño;
El año noveno de Sedecías, rey de Judá, el mes décimo, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército a Jerusalén, poniéndole cerco.
como guardas de campo te cercan porque te rebelaste contra mí -oráculo del Señor- ;
Israel, yo voy a conducir contra ustedes un pueblo remoto -oráculo del Señor- : un pueblo duradero, un pueblo antiquísimo, un pueblo de lengua incomprensible, no entenderás lo que diga:
por eso los herirá un león de la selva, un lobo de la estepa los despedazará, una pantera acecha sus ciudades y arrebata al que sale, porque son muchas sus culpas y graves sus apostasías.
Anúncienlo a las naciones, pregónenlo, alcen la bandera, pregonen, no lo callen, digan: 'Babilonia ha sido conquistada, Bel está confuso, Marduc consternado, sus ídolos derrotados, sus imágenes consternadas'.
escucha tierra: Yo traigo contra este pueblo una desgracia, resultado de sus planes, porque despreciaron mis palabras, rechazaron mi Ley.
Así dice el Señor: Miren, un ejército viene desde el norte, una multitud se moviliza en el extremo del mundo,
armados de arcos y jabalinas, implacables e inexorables, sus gritos resuenan como el mar, avanzan a caballo, formados como soldados contra ti, Sión.
al oír desde lejos el grito de auxilio de la capital: ¿No está el Señor en Sión, no está allí su Rey? ¿No me irritaron con sus ídolos, ficciones importadas?
Ya tiene en su mano derecha el vaticinio: ¡A Jerusalén! ¡A prorrumpir en alaridos y lanzar gritos de algazara, a emplear arietes contra las puertas, a hacer un terraplén y construir torres de asalto!