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Jeremías 4:10 - Nueva Biblia Española (1975)

Yo dije: ¡Ay Señor mío! Realmente han engañado a este pueblo y a Jerusalén, prometiéndole paz, cuando tenemos al cuello la espada.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces dije: «Oh Señor Soberano, el pueblo ha sido engañado por lo que dijiste, porque prometiste paz para Jerusalén. ¡Sin embargo, la espada está en su cuello!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y dirán: '¡Ah, Señor Yavé! ¡Mira cómo nos has engañado, cuando afirmabas: Ustedes vivirán en paz; mientras que ahora estamos con la espada al cuello!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

(Dije yo entonces: ¡Ah, Adonay YHVH!, ciertamente permitiste° que este pueblo y Jerusalem fuera engañado, cuando les decían: ¡Tendréis paz!, pues tenemos la espada al cuello.)

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Diré entonces: '¡Ah, Señor Yahveh!'. De verdad has engañado por completo a este pueblo y a Jerusalén, cuando decías: 'Tendréis paz', y la espada ha penetrado hasta el fondo del alma.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dije: ¡Ay, Señor Jehová! verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma.

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Jeremías 4:10
21 Tagairtí Cros  

Moisés volvió al Señor, y le dijo: Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo? ¿Para qué me has enviado?


Pues esta vez voy a soltar todas mis plagas contra ti mismo, tu corte y tu pueblo, para que sepas que no hay nadie como yo en toda la tierra.


que dicen a los videntes: No vean, y a los profetas: No profeticen sinceramente; dígannos cosas halagüeñas, profetícennos ilusiones;


Yo escudaré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo.


Señor, ¿por qué nos extravías lejos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te respete? Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus de tu heredad.


Yo repuse: ¡Ay Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.


a los que desprecian la palabra del Señor les dicen: Tendréis paz; a los que siguen su corazón obstinado les dicen: No les pasará nada malo.


¡Ay, mi Señor! Tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, con brazo extendido; nada es imposible para ti.


tu conducta y tus acciones te lo han traído, ése es tu castigo, el dolor que te hiere el corazón.


renegaron del Señor diciendo: 'No es él', no nos pasará nada, no veremos espada ni hambre.


Pretenden curar por encima la fractura de mi pueblo, diciendo: Marcha bien, muy bien. Y no marcha bien.


Pretenden curar por encima la fractura de mi pueblo diciendo: Marcha bien, muy bien; y no marcha bien.


Se tienden en el suelo de las calles muchachos y ancianos, mis jóvenes y mis doncellas cayeron a filo de espada; el día de tu ira diste muerte, mataste sin compasión.


Mientras yo profetizaba, cayó muerto Palatías, hijo de Banías; entonces caí rostro en tierra y rompí a gritar, diciendo: ¡Ay Señor, vas a aniquilar al resto de Israel!


Por eso, abandonándolos a sus deseos, los entregó Dios a la inmoralidad, con la que degradan ellos mismos sus propios cuerpos,


Por esa razón los entregó Dios a pasiones degradantes: sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras innaturales,


Como además juzgaron inadmisible seguir reconociendo a Dios, los entregó Dios a la inadmisible mentalidad de romper toda regla de conducta,