Pero el año noveno de su reinado, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor.
Jeremías 32:2 - Nueva Biblia Española (1975) Entonces asediaba a Jerusalén el ejército del rey de Babilonia, y el profeta Jeremías estaba preso en el atrio de la guardia, en el palacio real de Judá. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente Para entonces, Jerusalén estaba sitiada por el ejército babilónico y Jeremías estaba preso en el patio de la guardia del palacio real. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese entonces, el ejército del rey de Babilonia sitiaba a Jerusalén y el profeta Jeremías se hallaba detenido en el patio de la guardia del palacio real de Judá, La Biblia Textual 3a Edicion En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalem, y el profeta Jeremías estaba preso en el atrio de la guardia de la casa del rey de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El ejército del rey de Babilonia sitiaba por aquel entonces a Jerusalén, y el profeta Jeremías se hallaba recluido en el patio de la guardia que había en el palacio real de Judá, Biblia Reina Valera Gómez (2023) En aquel entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada a Jerusalén; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá. |
Pero el año noveno de su reinado, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor.
Palal, hijo de Uzay, lo hizo a partir del Ángulo y la torre saliente del palacio real, la de arriba, que da al patio de la cárcel. Luego, Fedayas, hijo de Faros, reparó
has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir,
Lo había encarcelado Sedecías, acusándole: Tú has profetizado: 'Así dice el Señor: Yo entregaré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, para que la conquiste.
Y vino a visitarme mi primo, como había dicho el Señor, al atrio de la guardia, y me dijo: 'Cómprame el campo de Anatot, en territorio de Benjamín, porque a ti te corresponde rescatarlo y adquirirlo: cómpramelo. Yo comprendí que era una palabra del Señor.
Mientras Jeremías estaba todavía detenido en el atrio, de la guardia, el Señor le dirigió la palabra:
Palabras que el Señor dirigió a Jeremías mientras Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército y todos los reyes de la tierra bajo su dominio y todos sus pueblos luchaban contra Jerusalén y contra sus ciudades:
Después Jeremías le ordenó a Baruc: Yo estoy detenido y no puedo entrar en el templo.
Los dignatarios se irritaron contra Jeremías, lo hicieron azotar y lo encarcelaron en casa de Jonatán, el escribano -que habían convertido en cárcel-.
Entonces el rey Sedecías ordenó que custodiaran a Jeremías en el patio de la guardia y que le dieran una hogaza de pan al día -de la Calle de Panaderos-, mientras hubiera pan en la ciudad. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia.
Por entonces Jeremías podía moverse libremente entre el pueblo: aún no lo habían metido en la cárcel.
Entonces tiraron de Jeremías con las sogas y lo sacaron del aljibe. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia.
Ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en el aljibe de Malquías, príncipe real, en el patio de la guardia, descolgándolo con sogas. En el aljibe no había agua, sino lodo, y Jeremías se hundió en el lodo.
Estén alegres y contentos, que Dios les va a dar una gran recompensa; porque lo mismo persiguieron a los profetas que les han precedido.