Abrahán aceptó y pagó a Efrón, en presencia de los hititas, el precio establecido: cuatro kilos de plata, pesos comerciales.
Jeremías 32:10 - Nueva Biblia Española (1975) Escribí el contrato, lo sellé, hice firmar a los testigos y pesé la plata en la balanza. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza. Biblia Nueva Traducción Viviente Firmé y sellé la escritura de compra delante de testigos, pesé la plata y le pagué. Biblia Católica (Latinoamericana) Después hice la escritura de compra y la sellé, busqué unos testigos y pesé la plata en una balanza. La Biblia Textual 3a Edicion Y escribí el contrato, lo sellé, lo hice certificar con testigos, y le pesé el dinero en balanza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Escribí el documento, lo sellé, requerí testigos y pesé el dinero en la balanza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y escribí la carta, y la sellé, y tomé testigos, y pesé el dinero en la balanza. |
Abrahán aceptó y pagó a Efrón, en presencia de los hititas, el precio establecido: cuatro kilos de plata, pesos comerciales.
El campo con la cueva pasó de los hititas a Abrahán como sepulcro en propiedad.
Grábame como un sello en tu brazo, como un sello en tu corazón, porque es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo; es centella de fuego, llamarada divina;
Ahora ve y escríbelo en una tablilla, grábalo en bronce, que sirva en el futuro de testimonio perpetuo:
Uno dirá: Soy del Señor; otro se pondrá el nombre de Jacob; uno se tatuará en el brazo: 'Del Señor', y se apellidará Israel.
y entregué el contrato a Baruc, hijo de Nerías, de Majsías, en presencia de Hanamel, mi primo, en presencia de los testigos que habían firmado el contrato y en presencia de los judíos que estaban en el atrio de la guardia.
Y tú, mi Señor, me dices: 'Cómprate el campo con dinero, ante testigos', mientras la ciudad cae en manos de los caldeos.
Se comprarán campos con dinero, ante testigos, se escribirá y sellará el contrato en el territorio de Benjamín y en el distrito de Jerusalén, en las poblaciones de Judá, de la Sierra, de la Sefela y del Negueb, porque cambiaré su suerte -oráculo del Señor- .
La visión en que hablaba de tardes y mañanas es auténtica. Pero tú sella la visión, porque se refiere a un futuro remoto.
Ellos fueron, sellaron la piedra, y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.
Trabajen, no por el pan que se acaba, sino por el alimento que dura dando vida definitiva, el que les va a dar este Hombre; pues a éste el Padre, Dios, lo ha marcado con su sello.
él también nos marcó con su sello y nos dio dentro el Espíritu como garantía,
Y por él también, ustedes, después de oír el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, por él, al creer, fueron sellados con el Espíritu Santo prometido,
No irriten al santo Espíritu de Dios que los selló para el día de la liberación;
Ellos marcharon y atravesaron el país, registrando por escrito las poblaciones en siete lotes, y se lo llevaron a Josué al campamento de Silo.
Vi después otro ángel que subía del Oriente llevando el sello de Dios vivo. Con un grito potente dijo a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar:
Se les ordenó que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino sólo a los hombres que no llevan la marca de Dios en la frente.
Boaz, por su parte, fue a la plaza del pueblo y se sentó allí. En aquel momento pasaba por allí el pariente del que había hablado Boaz. Lo llamó: Oye, fulano, ven y siéntate aquí. El otro llegó y se sentó.