¡Ah, llévame contigo, sí, corriendo, a tu alcoba condúceme, rey mío: a celebrar contigo nuestra fiesta y alabar tus amores más que el vino! ¡Con razón de ti se enamoran! Diálogo
Jeremías 3:22 - Nueva Biblia Española (1975) Vuelvan, hijos apóstatas, y los curaré de su apostasía. Aquí estamos, hemos venido a ti, porque tú, Señor, eres nuestro Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente «Vuelvan a mí, hijos descarriados —dice el Señor—, y les sanaré el corazón extraviado». «Sí, ya vamos —responde el pueblo—, porque tú eres el Señor nuestro Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Vuelvan, hijos rebeldes, que los voy a sanar de su rebelión!
'Aquí estamos de vuelta junto a ti, porque tú eres Yavé, nuestro Dios. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Volveos, oh hijos apóstatas, Y sanaré vuestras apostasías! ¡Henos aquí! Hemos venido a ti, Porque Tú, oh YHVH, eres nuestro Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Convertíos, hijos rebeldes, curaré vuestras rebeldías. Aquí estamos: venimos a ti; pues tú, Yahveh, eres nuestro Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Convertíos, hijos infieles, y yo sanaré vuestra infidelidad. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios. |
¡Ah, llévame contigo, sí, corriendo, a tu alcoba condúceme, rey mío: a celebrar contigo nuestra fiesta y alabar tus amores más que el vino! ¡Con razón de ti se enamoran! Diálogo
Oigan, cielos; escucha, tierra; que habla el Señor: Hijos he criado y educado, y ellos se han rebelado contra mí.
Lo castigas espantándolo, expulsándolo, arrollándolo con viento impetuoso en día de solano.
Por su delito de codicia me irrité un momento, lo herí y me oculté irritado, él se apartó y tiró por su camino.
Ve y proclama este mensaje hacia el norte: Vuelve, Israel, apóstata -oráculo del Señor- , que no les pondré mala cara, porque soy leal y no guardo rencor eterno -oráculo del Señor- .
Te devolveré la salud, te curaré las heridas -oráculo del Señor- . Te llamaban La Abandonada, Sión, por quien nadie pregunta.
Estoy escuchando lamentarse a Efraín: Me has corregido y he escarmentado, como novillo indómito; vuélveme y me volveré, que tú eres el Señor, mi Dios;
Yo mismo le traeré restablecimiento y curación, y les revelaré un rebose de paz y de fidelidad.
Si quieres volver, Israel, vuelve a mí -oráculo del Señor- ; si apartas de mí tus execraciones, no irás errante;
Pues bien, casa de Israel, los juzgaré a cada uno según su proceder -oráculo del Señor- . Arrepiéntanse y conviértanse de sus delitos, y no caerán en pecado.
Pues diles: Por mi vida -oráculo del Señor- , juro que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva. ¡Conviértanse, cambien de conducta, malvados, y no morirán, casa de Israel!
Pero yo soy el Señor, Dios tuyo desde Egipto, no conocías a otro dios que a mí, ningún salvador fuera de mí.
Curaré su apostasía, los querré sin que lo merezcan, mi cólera ya se ha apartado de ellos.
Seré rocío para Israel: florecerá como azucena y arraigará como álamo;
Efraín, ¿qué tengo yo que ver con las imágenes? Yo contesto y miro. Yo soy abeto frondoso: de mí proceden tus frutos.
(Después volverán a buscar los israelitas al Señor, su Dios, y a David, su rey, temblando acudirán al Señor y su riqueza, en un tiempo futuro).
Pues bien -oráculo del Señor- , conviértanse a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto, con luto.
Ese tercio lo pasaré a fuego, lo acrisolaré como al oro, lo acendraré como a la plata. Después me llamará y yo le contestaré; diré: Son mi pueblo, y ellos dirán: El Señor es mi Dios'.