en cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ningún mal'.
Jeremías 27:12 - Nueva Biblia Española (1975) A Sedecías, rey de Judá, le hablé en los mismos términos: Rindan el cuello al yugo del rey de 3abilonia, sométanse a él y a su pueblo, y vivirán; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hablé también a Sedequías rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid. Biblia Nueva Traducción Viviente Después repetí el mismo mensaje al rey Sedequías de Judá: «Si deseas vivir, sométete al yugo del rey de Babilonia y a su pueblo. Biblia Católica (Latinoamericana) A Sedecías, rey de Judá, le hablé en los mismos términos, diciéndole: 'Pongan sus cuellos bajo el yugo del rey de Babilonia, sométanse a él y a su pueblo y vivirán. La Biblia Textual 3a Edicion Y hablé a Sedequías, rey de Judá, conforme a todas estas palabras, diciendo: ¡Someted vuestras cervices bajo el yugo del rey de Babilonia, servidle a él y a su pueblo, y vivid! Biblia Serafín de Ausejo 1975 A Sedecías, rey de Judá, le hablé de acuerdo en todo con esas palabras, diciéndole: 'Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia y servidle a él y a su pueblo, y viviréis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y hablé también a Sedequías, rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y a su pueblo, y vivid. |
en cambio, el que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer ningún mal'.
tendrás que renunciar a la heredad que yo te di, te haré esclavo de tu enemigo en país desconocido, porque prende el fuego de mi ira y arde perpetuamente.
Los que se queden en la ciudad morirán a espada, de hambre y de peste; los que salgan y se pasen a los caldeos sitiadores, salvarán la vida, los tomarán como botín vivo.
Si una nación y su rey no se someten a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no rinden el cuello al yugo del rey de Babilonia, con espada y hambre y peste castigaré a esa nación, hasta entregarla en sus manos -oráculo del Señor- .
Ese mismo año, el cuarto del reinado de Sedecías en Judá, el mes quinto, Ananías, hijo de Azur, profeta natural de Gabaón, me dijo en el templo, en presencia de los sacerdotes y de toda la gente:
Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Rompo el yugo del rey de Babilonia.
Respondió Jeremías a Sedecías: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Si te rindes a los generales del rey de Babilonia, salvarás la vida y no incendiarán la ciudad; vivirás tú y tu familia.
No teman al rey de Babilonia, a quien ahora temen; no lo teman -oráculo del Señor- porque yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su mano.