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Jeremías 22:10 - Nueva Biblia Española (1975)

No lloren por el muerto ni se lamenten por él, lloren por el que se marcha, porque no volverá a ver su tierra natal.

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Biblia Reina Valera 1960

No lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No lloren por el rey muerto ni lamenten su pérdida. ¡En cambio, lloren por el rey cautivo que se llevan al exilio, porque nunca más volverá para ver su tierra natal!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No lloren al que murió ni estén apenados por él. Lloren, más bien, por el que se va, pues no volverá más ni jamás verá su país natal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No lloréis al muerto, ni os lamentéis por él; Llorad con amargura por el que parte,° Porque no volverá a ver jamás su tierra natal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el país en que nació.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No lloréis por el muerto, ni hagáis duelo por él; llorad amargamente por el que se va; porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

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Jeremías 22:10
19 Tagairtí Cros  

Por eso, cuando yo te reúna con tus padres, te enterrarán en paz, sin que llegues a ver con tus ojos la desgracia que voy a traer a este lugar'. Ellos llevaron la respuesta al rey.


En su tiempo, el faraón Necó, rey de Egipto, subió a ver al rey de Asiria, camino del Eufrates. El rey Josías salió a hacerle frente, y Necó lo mató en Meguido, al primer encuentro.


y nombró rey de Judá y Jerusalén a su hermano Eliacín, cambiándole el nombre por el de Joaquín. A su hermano Joacaz se lo llevó Necó a Egipto.


y llamé a los muertos que ya han muerto más dichosos que los vivos que aún viven,


Perece el inocente, y nadie hace caso; se llevan a los hombres fieles, y nadie comprende que ante la maldad se llevan al inocente,


no asistirán al banquete fúnebre para darle el pésame por el difunto, ni les darán la copa del consuelo por su padre o su madre.


Pues así dice el Señor a Salún, hijo de Josías, rey de Judá, sucesor de su padre, Josías: El que salió de este lugar no volverá a él,


Por eso, así dice el Señor a Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: No le harán funeral cantando: ¡Ay hermano mío, ay hermana! No le harán funeral: ¡Ay Señor, ay Majestad!


Y no volverán a la tierra adonde ansían volver.


Les dirás: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Beban, emborráchense, vomiten, caigan para no levantarse, ante la espada que yo arrojo entre ustedes.


A Jeconías, hijo de Joaquín, rey de Judá, y a todos los judíos desterrados en Babilonia yo los haré volver a este lugar -oráculo del Señor- . Porque romperé el yugo del rey de Babilonia.


Porque así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi ira y mi cólera sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi cólera sobre ustedes si van a Egipto. Serán maldición y espanto, execración y burla, y no volverán a ver este lugar.


No quedarán supervivientes del resto de Judá que vino a residir en Egipto, ni volverán a Judá, adonde ansían volver para vivir allí. (No volverán más que algunos fugitivos).


¡Más dichosos los que murieron a espada que los muertos de hambre! Aquéllos, apuñalados, se desangraron; éstos, por falta de alimento.


Hijo de Adán, voy a arrebatarte repentinamente el encanto de tus ojos; no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas;


Lo seguía gran gentío del pueblo y muchas mujeres que se golpeaban el pecho y gritaban lamentándose por él.