El rey Joás, sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo: ¡Que el Señor juzgue y sentencie!
Jeremías 20:12 - Nueva Biblia Española (1975) Señor de los ejércitos, examinador justo que ves las entrañas y el corazón, que yo vea cómo tomas venganza de ellos, pues a ti encomendé mi causa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, tú pruebas a los justos y examinas los secretos y los pensamientos más profundos. Permíteme ver tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé, Señor, tus ojos están pendientes del hombre justo. Tú conoces las conciencias y los corazones, haz que vea cuando te desquites de ellos, porque a ti he confiado mi defensa. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh YHVH Sebaot, que pruebas al justo, escudriñando los riñones y el corazón! Haz que vea tu venganza en ellos, Porque a ti he expuesto mi causa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh Sebaot, juez justo, que sondeas el corazón y las entrañas, vea yo tu venganza contra ellos, pues a ti encomiendo mi causa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza en ellos; porque a ti he expuesto mi causa. |
El rey Joás, sin tener en cuenta los beneficios recibidos de Yehoyadá, mató a su hijo, que murió diciendo: ¡Que el Señor juzgue y sentencie!
El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo: sus ojos están observando, sus pupilas examinan a los hombres.
Dios mío, sondéame para conocer mi corazón, ponme a prueba para conocer mis sentimientos:
Aunque sondees mi corazón, inspeccionándolo de noche, aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí;
Y goce el honrado viendo la venganza, bañe sus pies en la sangre de los malvados;
que tu lealtad se adelante, oh Dios, y me haga ver la derrota del enemigo.
Pueblo suyo, confíen siempre en él, desahoguen ante él su corazón, que Dios es nuestro refugio.
presídela desde lo alto -el Señor es juez de los pueblos-. Júzgame, Señor, según mi rectitud, según mi inocencia, oh Altísimo.
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la desplegó ante el Señor
Como una golondrina estoy piando, gimo como una paloma. Mis ojos mirando al cielo se consumen: ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, sondeas las entrañas y el corazón; a ti he encomendado mi causa, que logre desquitarme de ellos.
porque mi heredad se había vuelto contra mí, rugiendo como león feroz; por eso la detesté;
Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para pagar al hombre su conducta, lo que merecen sus obras.
fracasen mis perseguidores y no yo, sientan terror ellos y no yo, haz que les llegue el día funesto, quebrántalos con doble quebranto.
cuando lo insultaban no devolvía el insulto, mientras padecía no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga rectamente.
Conclusión: los que padecen según ese designio de Dios, que practiquen el bien, poniéndose así en manos del Creador, qué es fiel.
¡Regocíjate, cielo, por lo que le pasa, y también ustedes, los consagrados, los apóstoles y los profetas! Porque, condenándola a ella, Dios les ha hecho justicia.
Alos hijos que tuvo les daré muerte; así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escruta corazones y mentes y que les voy a pagar a cada uno de ustedes conforme a sus obras.
clamaban a grandes voces: Tú, el soberano, el santo y fiel, ¿para cuándo dejas el juicio de los habitantes de la tierra y la venganza de nuestra sangre?
Ana respondió: No es así, señor. Soy una mujer que sufre. No he bebido vino ni licor, estaba desahogándome ante el Señor.