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Jeremías 15:8 - Nueva Biblia Española (1975)

Las viudas que dejé eran como la arena de la playa, conduje en pleno día un devastador contra la madre y el joven, les metí de repente pánico y turbación,

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Biblia Reina Valera 1960

Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y sobre los hijos; hice que de repente cayesen terrores sobre la ciudad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Habrá más viudas que granos de arena a la orilla del mar. Traeré al destructor al mediodía contra las madres de los jóvenes. Súbitamente haré que caigan sobre ellas la angustia y el terror.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Sus viudas son más numerosas que las arenas del mar. He dejado caer al salteador, en pleno día, sobre las madres de los jóvenes guerreros; de repente, se han apoderado de ellas el miedo y el terror.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sus viudas me serán más que la arena del mar; Traeré contra madres e hijos al devastador, Que devastará en pleno día, Y súbitamente haré caer sobre ellos la angustia y el espanto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sus viudas, por causa mía, son más numerosas que la arena del mar. He traído contra esta madre de jóvenes guerreros un devastador al mediodía; eché sobre ella de repente terror y espanto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Sus viudas se multiplicaron más que la arena de los mares; traje contra ellos destructor a mediodía sobre la madre y los hijos; le hice caer de repente sobre ellos, y terrores sobre la ciudad.

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Jeremías 15:8
15 Tagairtí Cros  

Tus hombres caerán a espada; tus soldados, en la guerra;


gemirán y harán luto tus puertas, asolada te sentarás en el suelo.


Aquel día, siete mujeres agarrarán a un solo hombre, diciéndole: Comeremos de nuestro pan, nos vestiremos con nuestra ropa; danos sólo tu apellido, quita nuestra deshonra.


Porque así dice el Señor a los hijos e hijas nacidos en este lugar, a las madres que los dieron a luz, a los padres que los engendraron en esta tierra:


Ahora entrega sus hijos al hambre, ponlos a merced de la espada, queden sus mujeres viudas y sin hijos, mueran sus hombres asesinados y los jóvenes a filo de espada en el combate.


consagraré a tus devastadores, cada uno con sus armas, para que talen tus mejores cedros y los echen al fuego.


Díganselo a los paganos, anúncienlo en Jerusalén: de tierra lejana llega el enemigo lanzando gritos contra los poblados de Judá;


por eso los herirá un león de la selva, un lobo de la estepa los despedazará, una pantera acecha sus ciudades y arrebata al que sale, porque son muchas sus culpas y graves sus apostasías.


Capital de mi pueblo, vístete de sayal y revuélcate en el polvo, haz funeral como por un hijo único, un duelo amargo, porque llega de repente nuestro devastador.


hemos quedado huérfanos de padre y nuestras madres han quedado viudas.


Sus príncipes dentro de ella eran león que ruge al desgarrar la presa; devoraban a la gente, arrebataban riquezas y objetos preciosos, multiplicaban dentro de ella el número de viudas.


Tropezarás de día y contigo tropezará el profeta de noche.


porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra.