te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.
Génesis 32:12 - Nueva Biblia Española (1975) Tú me dijiste: Te daré bienes, haré tu descendencia como la arena innumerable de la playa'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero tú me prometiste: “Ciertamente te trataré con bondad y multiplicaré tus descendientes hasta que lleguen a ser tan numerosos como la arena a la orilla del mar, imposibles de contar”». Biblia Católica (Latinoamericana) Líbrame de las manos de mi hermano, de las manos de Esaú; no sea que que venga y mate a todos, a la madre con sus hijos. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Tú mismo dijiste: De cierto te haré bien y pondré tu descendencia como la arena del mar,° que por ser tanta no se puede contar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues temo que llegue y me ataque, y no perdone a la madre ni a los hijos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud. |
te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.
Los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Nos acercamos a tu hermano Esaú, y él salió a nuestro encuentro con cuatrocientos hombres.
Israelitas y judíos eran numerosos, como la arena de la playa. Tenían qué comer y qué beber y podían descansar.
Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: 'Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a su descendencia, para que la posea siempre'.
El número de los israelitas llegará a ser como la arena de la playa, que ni se mide ni se cuenta, y en lugar de llamarlos Nopueblomío, los llamarán Hijos de Dios vivo.
Dios no miente como el hombre ni se arrepiente a lo humano. ¿Puede decir y no hacer, puede prometer y no cumplir?
si le somos infieles, él permanece fiel, porque negarse a sí mismo no puede.
que se apoya en la esperanza de vida eterna. Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales;
Así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos, como los astros del cielo y como la arena incontable de la orilla del mar
y como Dios quería demostrar perentoriamente a los herederos de la promesa lo irrevocable de su decisión, interpuso un juramento.
El Campeón de Israel no miente ni se arrepiente, porque no es un hombre para arrepentirse.