Abrahán respondió: Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza.
Génesis 32:10 - Nueva Biblia Española (1975) no merezco los favores ni la lealtad con que has tratado a tu siervo, pues con un bastón pasé este Jordán y ahora llevo dos caravanas: Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Biblia Nueva Traducción Viviente No soy digno de todo el amor inagotable y de la fidelidad que has mostrado a mí, tu siervo. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, no poseía más que mi bastón, ¡pero ahora todos los de mi casa ocupan dos grandes campamentos! Biblia Católica (Latinoamericana) Luego oró así: 'Yavé, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, tú me dijiste: Vuelve a tu patria, a la tierra de tus padres que yo seré bueno contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Soy indigno de tus misericordias y de toda la fidelidad que has hecho a tu siervo, pues con mi cayado vadeé este Jordán y ahora estoy convertido en dos campamentos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Jacob: '¡Yahveh, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, que me dijiste: 'Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te colmaré de bienes!' Biblia Reina Valera Gómez (2023) No soy digno de la más pequeña de todas las misericordias, y de toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. |
Abrahán respondió: Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza.
Y dijo: Señor Dios de mi patrón Abrahán, dame hoy una señal propicia y trata con amor a mi patrón Abrahán.
y dijo: Bendito sea el Señor Dios de mi patrón Abrahán, que no ha olvidado su amor y lealtad con su siervo. El Señor me ha guiado a la casa del hermano de mi patrón.
El Señor estaba en pie en lo alto y dijo: Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra donde estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.
Yo estoy contigo, yo te guardaré adondequiera que vayas, te haré volver a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido'.
De este modo se enriqueció muchísimo; tenía muchos rebaños, siervos y siervas, camellos y burros.
El Señor dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tu padre, tu tierra nativa, y allí estaré contigo.
tengo vacas, burros, ovejas, siervos y siervas, envío este mensaje a mi señor para alcanzar su favor'.
Jacob se llenó de miedo y angustia, y dividió en dos campamentos su gente, sus posesiones, ovejas, vacas y camellos,
Cuando David llegaba a Los Castros, Absalón pasaba el Jordán con todo Israel.
Entonces el rey David fue a presentarse ante el Señor, y dijo: ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí?
pero el justo se afirma en su camino y las manos puras cobran fortaleza.
Me prestaste tu escudo protector, tu diestra me sostuvo, multiplicaste tus cuidados conmigo.
que reine siempre en presencia de Dios, que tu lealtad y fidelidad le hagan guardia.
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él?
la lealtad y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
pero la senda de los honrados brilla como la aurora, se va esclareciendo hasta que es de día;
Yo dije: '¡Ay de mí. estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos'.
Voy a recordar la misericordia del Señor, las alabanzas del Señor: todo lo que hizo por nosotros el Señor, sus muchos beneficios a la casa de Israel, lo que hizo con su compasión y su gran misericordia.
Así serás fiel a Jacob y leal a Abrahán, como lo prometiste en el pasado a nuestros padres.
Pues ustedes lo mismo: cuando hayan hecho todo lo mandado, digan:¡'No somos más que unos pobres servidores,' hemos hecho lo que teníamos que hacer'.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
He sido un insensato, ustedes me obligaron. Hablar en favor mío debería ser cosa suya, pues, aunque yo no sea nadie, en nada soy menos que esos superapóstoles.
Acuérdate del Señor, tu Dios, que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.
Respecto a los jóvenes: pónganse a disposición de las personas de edad. Y todos, en el trato mutuo, cúbranse de humildad, porque 'Dios se enfrenta con los soberbios, pero concede gracia a los humildes'.