Génesis 23:6 - Nueva Biblia Española (1975) Escúchanos, señor: tú eres un jeque insigne entre nosotros, entierra a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros; nadie de nosotros te negará una sepultura para tu difunta. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Óyenos, señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta. Biblia Nueva Traducción Viviente usted es un príncipe de honor entre nosotros. Escoja la mejor de nuestras tumbas y entiérrela allí. Ninguno de nosotros se negará a ayudarle en ese sentido. Biblia Católica (Latinoamericana) Escúchanos, señor: entre nosotros tú eres un príncipe de Dios. Sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas, pues ninguno de nosotros te negará una tumba para tu difunta. La Biblia Textual 3a Edicion Óyenos, señor mío, tú eres en medio de nosotros un príncipe de ’Elohim. Sepulta a tu difunta en lo más escogido de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para sepultar a tu difunta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Escucha, señor nuestro. Tú eres entre nosotros como un príncipe de Dios; sepulta, pues, a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes en él a tu difunta'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Escúchanos, señor mío, tú eres un príncipe poderoso entre nosotros; en el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu muerta. |
Cuando Abrán oyó que su sobrino había caído prisionero, reunió a los esclavos nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y persiguió a los enemigos hasta Dan;
Sara se rió por lo bajo, pensando: Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer, con un marido tan viejo?
Pero ahora devuelve esa mujer casada a su marido; él es profeta y rezará por ti para que conserves la vida; pero si no se la devuelves, sabe que morirás tú con todos los tuyos.
Por aquel tiempo, Abimelec, con Ficol, su capitán, dijo a Abrahán: Dios está contigo en todo lo que haces.
Ella contestó: Bebe, señor mío. Y en seguida bajó el cántaro al brazo y le dio de beber.
El Señor ha bendecido inmensamente a mi patrón y le ha hecho rico; le ha dado ovejas y vacas, oro y plata, servidores y sirvientas, camellos y burros.
Ella dijo a su padre: No te enfades, señor, si no puedo levantarme; es que me ha venido la cosa de las mujeres. Y él, por más que buscó, no encontró los amuletos.
responderás: Es de tu siervo Jacob, un regalo que envía a su señor Esaú; él viene detrás.
Contestaron: No es así, señor; tus siervos han venido a comprar provisiones.
¿Por qué han robado la copa de plata en que bebe mi señor y con la que suele adivinar? Se han portado mal'.
Mira, el dinero que habíamos encontrado en los sacos te lo trajimos desde la tierra de Canaán; ¿por qué íbamos a robar en casa de tu amo oro o plata?
Contestó Aarón: No te irrites, señor. Sabes que este pueblo es perverso.
Así dice el Señor: Los obreros de Egipto, los mercaderes de Nubia y los sábeos de alta estatura a ti pasarán, tuyos serán, tras de ti marcharán, desfilarán en cadenas; se postrarán ante ti y te suplicarán: 'Sólo en ti está Dios, y no hay más dioses'.
Ella dijo: Ojalá sepa yo agradarte, señor; me has tranquilizado y has llegado al corazón de tu servidora, aunque no soy ni una sirvienta tuya.