Génesis 23:11 - Nueva Biblia Española (1975) 'No, señor mío; escucha: el campo te lo regalo, y la cueva que hay en él te la regalo; te la regalo en presencia de mis paisanos; entierra a tu difunta. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; en presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerta. Biblia Nueva Traducción Viviente —No, mi señor —le dijo a Abraham—, por favor, escúcheme. Yo le regalaré el campo y la cueva. Aquí mismo, en presencia de mi pueblo, se lo regalo. Vaya y entierre a su esposa. Biblia Católica (Latinoamericana) No, señor mío, escúchame: yo te regalo el campo y también la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy. Sepulta allí a tu difunta. La Biblia Textual 3a Edicion No, señor mío, ¡óyeme! Te doy el campo, y la cueva que está en ella, te la doy en presencia de los hijos de mi pueblo. Sepulta a tu difunta. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'No, señor mío, óyeme: te doy el campo y la cueva que hay en él; te la entrego en presencia de los hijos de mi pueblo; entierra a tu difunta'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No, señor mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella; delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta a tu muerta. |
propiedad de Abrahán, siendo testigos los hititas que asistían al concejo.
Escúchanos, señor: tú eres un jeque insigne entre nosotros, entierra a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros; nadie de nosotros te negará una sepultura para tu difunta.
En cambio el noble tiene planes nobles y está firme en su noble sentir,
En casos de homicidio, se dará muerte al homicida después de oír a los testigos. Pero un testigo no basta para dictar pena de muerte.
Entonces dijo a los presentes: Quítenle a éste la onza y dénsela al que tiene diez.
Sólo por la declaración de dos o tres testigos se procederá a la ejecución del reo; no se le ejecutará por la declaración de un solo testigo.
No es válido el testimonio de uno solo contra nadie, en cualquier caso de pecado, culpa o delito. Sólo por la declaración de dos o de tres testigos se podrá fallar una causa.
Boaz, por su parte, fue a la plaza del pueblo y se sentó allí. En aquel momento pasaba por allí el pariente del que había hablado Boaz. Lo llamó: Oye, fulano, ven y siéntate aquí. El otro llegó y se sentó.
Todos los allí presentes respondieron: Somos testigos. Y los concejales añadieron: ¡Que a la mujer que va a entrar en tu casa la haga el Señor como Raquel y Lía, las dos que construyeron la casa de Israel! ¡Que tengas riqueza en Efrata y renombre en Belén!
He querido ponerte al tanto y decirte: 'Cómprala ante los aquí presentes, los concejales, si es que quieres rescatarla, y si no, házmelo saber; porque tú eres el primero con derecho a rescatarla y yo vengo después de ti.. El otro dijo: La compro.
Se quitó la sandalia y se la dio. Y entonces Boaz dijo a los concejales y a la gente: Los tomo hoy por testigos de que adquiero todas las posesiones de Elimélec, Kilión y Majlón de manos de Noemí,