Abrahán le contestó: Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. Y siguieron caminando juntos.
Génesis 22:7 - Nueva Biblia Española (1975) Isaac dijo a Abrahán, su padre: Padre. El respondió: Aquí estoy, hijo mío. El muchacho dijo: Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Biblia Nueva Traducción Viviente Isaac se dio vuelta y le dijo a Abraham: —¿Padre? —Sí, hijo mío —contestó Abraham. —Tenemos el fuego y la leña —dijo el muchacho—, ¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada? Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Isaac dijo a Abrahán: 'Padre mío. Le respondió: '¿Qué hay, hijito?' Prosiguió Isaac: 'Llevamos el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?' La Biblia Textual 3a Edicion E Isaac habló a su padre Abraham, diciendo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, hijo mío. Y le dijo: Mira, está el fuego y los troncos, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Habló Isaac a su padre, diciendo: 'Padre mío'. Él le contestó: 'Dime, hijo mío'. Y él dijo: 'Llevamos el fuego y la leña. Pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? |
Abrahán le contestó: Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. Y siguieron caminando juntos.
Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
Digan a toda la asamblea de Israel: El diez de este mes cada uno procurará una res para su familia, una por casa.
Ofrenda permanente que ofrecerás sobre el altar cada día: dos corderos añales.
Adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y se puso a orar diciendo: Padre mío, si es posible, que no me toque a mí ese trago. Sin embargo, no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Se apartó por segunda vez y oró diciendo: Padre mío, si no es posible que deje de tocarme, realícese tu designio.
Al día siguiente, mirando a Jesús que venía hacia él, dijo: Mirad el cordero de Dios, el que va a quitar el pecado del mundo.
y, fijando la vista en Jesús que pasaba, dijo: Mirad el cordero de Dios.
Jesús le dijo a Pedro: Mete el machete en su funda. El trago que me ha mandado beber el Padre, ¿voy a dejar de beberlo?
Miren, no recibieron un espíritu que los haga esclavos y los vuelva al temor; recibieron un Espíritu que los hace hijos y que nos permite gritar: ¡Abba! ¡Padre!
Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero degollado.