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Génesis 22:1 - Nueva Biblia Española (1975)

Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán, diciéndole: ¡Abrahán! Respondió: Aquí me tienes.

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Biblia Reina Valera 1960

Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham. —¡Abraham! —lo llamó Dios. —Sí —respondió él—, aquí estoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tiempo después, Dios quiso probar a Abrahán y lo llamó: 'Abrahán. Respondió él: 'Aquí estoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Aconteció después de estas cosas que ’Elohim probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Él respondió: Heme aquí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Después de estos hechos, quiso Dios probar a Abrahán y le dijo: 'Abrahán'. Contestó Abrahán: 'Aquí estoy'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

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Génesis 22:1
24 Tagairtí Cros  

Después de estos sucesos, Abrán recibió en una visión la palabra del Señor: No temas, Abrán; yo soy tu escudo y tu paga será abundante.


Como al fin y al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto.


pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ¡Abrahán, Abrahán! El contestó: Aquí estoy.


Isaac dijo a Abrahán, su padre: Padre. El respondió: Aquí estoy, hijo mío. El muchacho dijo: Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?


Israel dijo a José: Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos. José le contestó: Aquí me tienes.


Dios le dijo a Israel en una visión de noche: Jacob, Jacob. Respondió: Aquí estoy.


El Señor volvió a encolerizarse contra Israel e instigó a David contra ellos: Anda, haz el censo de Israel y Judá.


y cuando los príncipes de Babilonia le enviaron mensajeros para informarse del prodigio que había sucedido en su país, si Dios lo abandonó fue para ponerlo a prueba y conocer sus intenciones.


El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo: sus ojos están observando, sus pupilas examinan a los hombres.


El Señor dijo a Moisés: Yo les haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o no.


Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: Moisés, Moisés. Respondió él: Aquí estoy.


La plata en el horno, el oro en él crisol, el corazón lo prueba el Señor.


Entonces escuché la voz del Señor, que decía: ¿A quién mandaré?, ¿quién irá de nuestra parte? Contesté: Aquí estoy, mándame.


Ninguna prueba les ha caído encima que salga de lo ordinario: fiel es Dios, y no permitirá él que la prueba supere sus fuerzas. No, para que sea posible resistir, con la prueba dará también la salida.


no hagas caso a ese profeta o vidente de sueños. Pues se trata de una prueba del Señor, su Dios, para ver si aman al Señor, su Dios, con todo el corazón y toda el alma.


que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres: para afligirte y probarte y para hacerte el bien al final.


Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones, si guardas sus preceptos o no.


Por la fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac, y era su hijo único lo que ofrecía el depositario de la promesa,


A nuestro Padre Abrahán, ¿no se le rehabilitó por las obras, por ofrecer a su hijo Isaac sobre el altar?


de esa manera los quilates de su fe resultan más preciosos que el oro perecedero que, sin embargo, se aquilata a fuego y alcanzará premio, gloria y honor cuando se revele Jesús Mesías.


tentaré con ellos a Israel, a ver si siguen o no el camino del Señor, a ver si caminan por él como sus padres.


El Señor llamó: ¡Samuel, Samuel! Y éste respondió: ¡Aquí estoy!