Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.
Génesis 11:7 - Nueva Biblia Española (1975) Vamos a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Biblia Nueva Traducción Viviente Vamos a bajar a confundirlos con diferentes idiomas; así no podrán entenderse unos a otros». Biblia Católica (Latinoamericana) Pues bien, bajemos y confundamos ahí mismo su lengua, de modo que no se entiendan los unos a los otros. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Vamos!, descendamos ya y confundamos allí su lengua para que nadie entienda el lenguaje de su compañero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Bajemos, pues, y confundamos allí su lenguaje para que no se entiendan entre sí'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. |
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.
Hasta aquí los hijos de Cam, por familias y lenguas, territorios y naciones.
Hasta aquí las familias descendientes de Noé, por naciones; de ellas se ramificaron las naciones del mundo después del diluvio.
Hasta aquí los descendientes de Jafet; de ellos se separaron los pueblos marítimos, cada uno con tierra y lengua propias, por familias y pueblos.
'El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres;
Y el Señor Dios dijo: Si el hombre es ya como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal, ahora sólo le falta alargar la mano al árbol de la vida, tomar de él, comer y vivir para siempre.
quita la palabra a los confidentes y priva de sensatez a los ancianos,
El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos;
del huracán que devora, Señor, del torrente de sus lenguas'. Veo en la ciudad violencias y discordias,
El Señor replicó: ¿Quién da la boca al hombre? ¿Quién lo hace mudo o sordo o tuerto o ciego? ¿No soy yo, el Señor?
Ya no verás al pueblo violento, cuya lengua es oscura y no se entiende, que pronuncia de modo extraño e incomprensible.
Entonces escuché la voz del Señor, que decía: ¿A quién mandaré?, ¿quién irá de nuestra parte? Contesté: Aquí estoy, mándame.
Israel, yo voy a conducir contra ustedes un pueblo remoto -oráculo del Señor- : un pueblo duradero, un pueblo antiquísimo, un pueblo de lengua incomprensible, no entenderás lo que diga:
Supongamos ahora que la comunidad entera tiene una reunió a y que todos van hablando en esas lenguas; si entra gente no creyente o simpatizantes, ¿no dirán que están locos?
El Señor alzará contra ti una nación lejana -se lanzará sobre ti como buitre desde los confines del orbe-;