Unos que bajaron de Judea enseñaban a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. ,
Gálatas 5:2 - Nueva Biblia Española (1975) Miren lo que les digo yo, Pablo: si se dejan circuncidar, el Mesías no les servirá ya de nada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Presten atención! Yo, Pablo, les digo lo siguiente: si dependen de la circuncisión para hacerse justos ante Dios, entonces Cristo no les servirá de nada. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, Pablo, se lo digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo ya no les servirá de nada. La Biblia Textual 3a Edicion Mirad, yo, Pablo, os digo: Si os circuncidáis, de nada os aprovechará el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Soy yo, Pablo, el que os lo dice: si os hacéis circuncidar, Cristo no os servirá para nada. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. |
Unos que bajaron de Judea enseñaban a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. ,
Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, los han alarmado e inquietado con sus palabras.
Pero algunos del partido fariseo que se habían hecho creyentes intervinieron diciendo: Hay que circuncidarlos y mandarles que guarden la Ley de Moisés.
Yo, Pablo, en persona, les voy a pedir algo por la paciencia e indulgencia del Mesías; yo, tan encogido de cerca y tan valiente de lejos.
Por lo que a mí toca, hermanos, si es verdad que sigo predicando la circuncisión, ¿por qué todavía me persiguen? Ea, ya está neutralizado el escándalo de la Cruz.
pues como cristianos da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que se traduce en amor.
porque nos propusimos hacerles una visita -y en particular, yo, Pablo, más de una vez-, pero Satanás nos cortó el paso.
yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona.
prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, el viejo Pablo, ahora además preso por el Mesías Jesús.
Pues, de hecho, la buena noticia la hemos recibido nosotros lo mismo que aquéllos, pero a ellos no les sirvió de nada oír la palabra porque no se sumaron a los que habían oído.