David entregó a su hijo Salomón los planos del atrio y del templo, de los almacenes, las habitaciones superiores, las naves interiores y la cámara del propiciatorio.
Éxodo 37:6 - Nueva Biblia Española (1975) Hizo también una placa de oro de ley de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro; su longitud de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio. Biblia Nueva Traducción Viviente Después hizo la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Medía un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho. Biblia Católica (Latinoamericana) Hizo el Lugar del Perdón de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo asimismo el propiciatorio de oro puro, dos codos y medio su longitud, y un codo y medio su anchura. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hizo el propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo por codo y medio de ancho. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo el propiciatorio de oro puro; su longitud era de dos codos y medio, y su anchura de un codo y medio. |
David entregó a su hijo Salomón los planos del atrio y del templo, de los almacenes, las habitaciones superiores, las naves interiores y la cámara del propiciatorio.
la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la placa que la tapa y todos los utensilios de la tienda;
Metió los varales por las anillas laterales del arca para poder transportarla.
Dios nos lo ha puesto delante como lugar donde, por medio de la fe, se expían los pecados con su propia sangre. Así demuestra Dios que no fue injusto si dejó impunes con su tolerancia los pecados del pasado,
Pero cuando se cumplió el plazo envió Dios a su hijo, nacido de mujer, sometido a la Ley,
del que se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda clase de maldad y purificarse un pueblo elegido, entregado a hacer el bien.
Encima estaban los querubines de la Gloria, cubriendo con su sombra el lugar de la expiación. Pero no es ahora el momento de perderse en detalles.
que expía nuestros pecados, y no sólo los nuestros, sino también los del mundo entero.