Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Éxodo 22:10 - Nueva Biblia Española (1975)

Cuando alguien confíe en depósito a su prójimo un burro, un toro, una oveja o cualquier otro animal y el animal muere o se daña o es robado sin que nadie lo vea,

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Si alguno hubiere dado a su prójimo asno, o buey, u oveja, o cualquier otro animal a guardar, y este muriere o fuere estropeado, o fuere llevado sin verlo nadie;

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

»Ahora supongamos que alguien deja un burro, un buey, una oveja o cualquier otro animal al cuidado de un vecino, pero el animal muere, se lastima o alguien se lo lleva, y nadie vio lo sucedido,

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

el asunto se decidirá por un juramento. El que lo guardaba jurará que no tomó nada de lo de su prójimo. El dueño se dará por satisfecho y el otro no tendrá que devolver.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Cuando un hombre dé a su prójimo un asno, toro, u oveja, o cualquier animal para ser guardado, y muera, o sea despedazado o llevado sin que nadie vea,

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

el pleito se resolverá mediante juramento del depositario ante Yahveh declarando que no ha puesto su mano sobre el animal de su prójimo. El dueño aceptará el juramento y no habrá obligación de restituir.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Si alguno hubiere dado a su prójimo asno, o buey, u oveja, o cualquier otro animal a guardar, y se muriere o se perniquebrare, o fuere llevado sin verlo nadie;

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Éxodo 22:10
6 Tagairtí Cros  

El rehusó, diciendo a la mujer del amo: Mira, mi amo no se ocupa de nada de casa, todo lo suyo lo ha puesto en mis manos;


entonces el pleito se decidirá jurando ante Dios que no ha tocado el animal de su prójimo. El dueño del animal aceptará el juramento y no habrá restitución;


En delitos contra la propiedad, de toro, burro, oveja o capa, o cualquier otro objeto perdido, si uno afirma que el objeto es suyo, se llevará el pleito ante Dios, y aquel a quien Dios declare culpable pagará al otro el doble.


en cambio, el que no lo conoce, pero hace algo que merece palos, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le pedirá.


Por eso, si no han sido fieles con el injusto dinero, ¿quién les va a confiar lo que vale de veras?


pero no me siento derrotado, pues sé en quién he confiado y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que me dio.