Dios se apareció de noche, en sueños, a Abimelec y le dijo: Vas a morir por haber tomado esa mujer, que es casada.
Éxodo 12:33 - Nueva Biblia Española (1975) Los egipcios urgían al pueblo para que salieran cuanto antes del país, pues temían morir todos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. Biblia Nueva Traducción Viviente Todos los egipcios apresuraban al pueblo de Israel a que abandonara la tierra cuanto antes, porque pensaban: «¡Todos moriremos!». Biblia Católica (Latinoamericana) Los egipcios los presionaban para que se fueran inmediatamente, pues decían: 'Si no se van ésos, moriremos todos. La Biblia Textual 3a Edicion Y Egipto presionaba al pueblo para expulsarlo rápidamente del país, pues decían: ¡Todos nosotros moriremos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los egipcios presionaban al pueblo, apremiándole para que abandonara el país, pues se decían: 'Vamos a morir todos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. |
Dios se apareció de noche, en sueños, a Abimelec y le dijo: Vas a morir por haber tomado esa mujer, que es casada.
los egipcios se alegraban de su marcha, porque los había sobrecogido el terror.
Los ministros del Faraón dijeron: ¿Hasta cuándo nos estará llevando ése a la ruina? Deja marchar a esa gente para que rinda culto al Señor, su Dios. ¿No acabas de comprender que Egipto se está arruinando?
El Señor dijo a Moisés: Todavía tengo, que enviar una plaga al Faraón y a su país. Después los dejará marchar de aquí, es decir, los echará a todos de aquí.
Cocieron la masa que habían sacado de Egipto haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no podían detenerse, y tampoco se llevaron provisiones.
El Señor respondió a Moisés: Pronto verás lo que voy a hacer a Faraón: a la fuerza los dejará marchar y aun los echará de su territorio.
No saldrán apresurados ni se irán huyendo, pues en cabeza marcha el Señor, y en la retaguardia, el Dios de Israel.
La orden del rey era severa y el horno estaba ardiendo; sucedió que las llamas abrasaron a los que conducían a Sidrac, Misac y Abdénago;