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Ester 8:6 - Nueva Biblia Española (1975)

Porque ¿cómo podré ver la desgracia que se echa sobre mi pueblo, cómo podré ver la destrucción de mi familia?

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Taispeáin Interlinear Bible

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Biblia Reina Valera 1960

Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues, ¿cómo podría soportar ver a mi pueblo y a mi familia ser masacrados y destruidos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Cómo podría yo presenciar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podría presenciar la destrucción de mi raza?»

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque, ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Y cómo podré contemplar la destrucción de mi parentela?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque ¿cómo podré yo ver el mal que vendrá sobre mi pueblo? ¿Y cómo podré yo ver la destrucción de mi gente?

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Ester 8:6
9 Tagairtí Cros  

¿Cómo puedo yo volver a mi padre sin llevar conmigo al muchacho y contemplar la desgracia que se abatirá sobre mi padre?


pero contesté al rey: Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego?


Porque mi pueblo y yo hemos sido vendidos para el exterminio, la matanza y la destrucción. Si nos hubieran vendido para ser esclavos o esclavas, me habría callado, ya que esa desgracia no supondría daño para el rey.


El día trece del mes de marzo, o sea, el mes de Adar, cuando debía ejecutarse el decreto del rey, el día en que los enemigos de los judíos esperaban apoderarse de ellos, se volvieron las tornas, y fueron los judíos quienes se apoderaron de sus enemigos.


¡Ay mis entrañas, mis entrañas! Me tiemblan las paredes del pecho, tengo el corazón turbado y no puedo callar; porque yo mismo escucho el toque de trompeta, el alarido de guerra,


¡Quién diera agua a mi cabeza y a mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de la capital!


Hermanos, mi anhelo más profundo y lo que pido a Dios por ellos es que se salven.