y de que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había ido a Padán Aram,
Efesios 6:1 - Nueva Biblia Española (1975) Hijos, obedezcan a sus padres cristianamente, como es razón. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Biblia Nueva Traducción Viviente Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. Biblia Católica (Latinoamericana) Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber: Honra a tu padre y a tu madre. La Biblia Textual 3a Edicion Los hijos: Obedeced en el Señor a vuestros progenitores, porque esto es justo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, pues esto es justo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo. |
y de que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había ido a Padán Aram,
Israel dijo a José: Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos. José le contestó: Aquí me tienes.
José los retiró de las rodillas del padre y se postró, rostro en tierra.
Bajaste al monte Sinaí, hablaste con ellos desde el cielo. Les diste normas justas, leyes válidas, mandatos y preceptos excelentes.
no dijo de qué raza ni de qué familia era; se lo había encargado Mardoqueo, a quien obedecía igual que cuando vivía con él. Mardoqueo le había ordenado que temiera a Dios y cumpliera sus mandamientos como cuando vivía con él. Y Ester no cambió de conducta.
cantará ante ellos y dirá: 'Yo pequé y torcí el derecho, pero Dios no me ha dado mi merecido;
reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos, que con razón me hiciste sufrir;
los mandatos del Señor son rectos, alegran el corazón; la norma del Señor es límpida, da luz a los ojos;
Hijo mío, escucha la corrección de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre,
Escucha al padre que te engendró, no desprecies la vejez de tu madre:
Al que se burla de su padre y desprecia a su anciana madre, que le saquen los ojos los cuervos y se los coman los aguiluchos.
Hijo mío, guarda los consejos de tu padre, no rechaces las instrucciones de tu madre;
Se cumple la palabra de Jonadab, hijo de Recab, que prohibió a sus hijos beber vino, y no beben vino hasta hoy, porque obedecen los mandatos de su padre. En cambio, yo les hablo sin cesar, y ustedes no me hacen caso.
A la familia de los recabitas les dijo Jeremías: Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Porque obedecen los preceptos de Jonadab, su padre, y observan sus mandatos y cumplen cuanto les mandó,
Nosotros obedecemos a Jonadab, hijo de Recab, nuestro antepasado, en todo lo que nos mandó: No bebemos vino en toda la vida, ni nosotros ni nuestras esposas, ni nuestros hijos ni nuestras hijas;
Quien sea sabio que lo entienda, quien sea inteligente que lo comprenda. Los caminos del Señor son llanos, por ellos caminan los justos, en ellos tropiezan los pecadores.
Respeten a sus padres y guarden mis sábados. Yo soy el Señor, su Dios.
Jesús bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba en su interior el recuerdo de todo aquello.
y no se amolden al mundo éste, sino váyanse transformando con la nueva mentalidad, para ser ustedes capaces de distinguir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, conveniente y acabado.
recíbanla como cristianos, como corresponde a gente consagrada; pónganse a su disposición en cualquier asunto que necesite de ustedes, pues, lo que es ella, se ha hecho abogada de muchos, empezando por mí.
Por consiguiente, queridos hermanos, estén firmes e inconmovibles, trabajando cada vez más por el Señor, sabiendo que sus fatigas como cristianos no son inútiles.
Si uno tiene un hijo rebelde e incorregible, que no obedece a su padre ni a su madre, que aunque lo corrijan no les hace caso,
pero si una viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a querer a su familia y a corresponder por lo que han recibido de sus padres. Esto es lo que agrada a Dios.
Sométanse a toda institución humana por amor del Señor; lo mismo al emperador como a soberano
David madrugó, dejó el rebaño al cuidado del rabadán, cargó y se marchó, según el encargo de Jesé. Cuando llegaba al cercado de. los carros, los soldados salían a formar, lanzando el alarido de guerra.