La orden del rey se impuso al parecer de Joab y de los jefes del ejército, y salieron de palacio para hacer el censo de la población israelita.
Eclesiastés 8:4 - Nueva Biblia Española (1975) La palabra del rey es soberana, ¿quién le pedirá cuentas de lo que hace? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: Qué haces? Biblia Nueva Traducción Viviente Sus órdenes tienen el respaldo de su gran poder. Nadie puede oponerse ni cuestionarlas. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey hablará, ¡y punto! Nadie le dirá: '¿Qué haces?' La Biblia Textual 3a Edicion Y la palabra del rey es soberana. ¿Quién le pedirá cuenta de lo que hace? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Porque la palabra del rey es decisiva, y nadie le dirá: '¿Qué estás haciendo?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces? |
La orden del rey se impuso al parecer de Joab y de los jefes del ejército, y salieron de palacio para hacer el censo de la población israelita.
Te juré por el Señor, Dios de Israel: 'Tu hijo Salomón me sucederá en el reino y se sentará en mi trono'. ¡Pues voy a hacerlo hoy mismo!
Entonces el rey dio una orden a Benayas, hijo de Yehoyadá, que se adelantó y mató a Semeí. Así se consolidó el reino en manos de Salomón
Tatenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas hicieron puntualmente lo que había mandado el rey Darío.
si agarra una presa, ¿quién se la quitará?, ¿quién podrá decirle: 'Qué estás haciendo'?
El rey de Egipto llamó a las parteras y las interrogó: ¿Por qué obran así y dejaban con vida a las criaturas?
La cólera del rey es rugido de león: quien la irrita se juega la vida.
Miren: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos están dispuestos a postrarse adorando la estatua que he hecho, háganlo; pero si no la adoran, serán arrojados al punto dentro del horno encendido abrasador, y ¿qué Dios los librará de mis manos?
no cuentan los que habitan la tierra, y trata como quiere al ejército del cielo; nadie puede atentar contra él ni exigirle cuentas de lo que hace'.
¡Vamos, hombre! ¿Quién eres tú para contestarle a Dios? ¿ Va a decirle el barro al que lo modela: por qué me has hecho así?