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Eclesiastés 4:10 - Nueva Biblia Española (1975)

Si uno cae, lo levanta su compañero. Pobre del solo si cae: no tiene quien lo levante.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si uno cae, su compañero lo levantará. Pero, ay del que está solo si cae: nadie lo levantará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque si caen, el uno levantará al otro; pero, ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá quien que lo levante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Si caen, el uno levanta al otro; pero ¡ay del solo cuando cae! No tendrá quien lo levante.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero ¡ay de aquel que está solo cuando cae! Pues no habrá segundo que lo levante.

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Eclesiastés 4:10
17 Tagairtí Cros  

Caín dijo a su hermano Abel: Vamos al campo. Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.


Cuando pasó el luto, David mandó a por ella y la recogió en su casa; la tomó por esposa, y le dio a luz un hijo. Pero el Señor reprobó lo que había hecho David.


Y una servidora tenía dos hijos; riñeron los dos en el campo, sin nadie que los separara, y uno de ellos hirió al otro y lo mató.


Moisés dijo a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que lo hayas arrastrado a tan enorme pecado?


Más: si se acuestan juntos, se calientan: uno solo, ¿cómo se calentará?


Mejor dos juntos que uno solo: tendrá buena paga su fatiga.


Hermanos, incluso si a un individuo se le sorprendiera en alguna falta, ustedes, los hombres de espíritu, recuperen a ese tal con mucha suavidad; estando tú sobre aviso, no vayas a ser tentado también tú.


Consuélense, pues, mutuamente con estas palabras.


Por eso anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a crecer, como ya lo hacen.


Pero Jonatán, hijo de Saúl, se puso en camino hacia Jores para ver a David; le estrechó la mano, invocando a Dios,