Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
Eclesiastés 12:3 - Nueva Biblia Española (1975) Ese día temblarán los guardianes de casa y los robustos se encorvarán, las que muelen serán pocas y se pararán, las que miran por las ventanas se ofuscarán, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; Biblia Nueva Traducción Viviente Acuérdate de él antes de que tus piernas —guardianas de tu casa— empiecen a temblar, y tus hombros —los guerreros fuertes— se encorven. Acuérdate de él antes de que tus dientes —esos pocos sirvientes que te quedan— dejen de moler, y tus pupilas —las que miran por las ventanas— ya no vean con claridad. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando tiemblen los guardias de la casa,
y se encorven los porteros,
cuando lo que queda de muelas deje de moler,
y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas. La Biblia Textual 3a Edicion El día en que tiemblen los guardianes de la casa,° Y se encorven los hombres fuertes,° Y cesen las que muelen,° porque han disminuido, Y se enturbien las que miran por las celosías.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 cuando tiemblan los guardianes de la casa, cuando los robustos se encorvan, cuando las mujeres dejen la molienda porque la luz se debilita y se entenebrece en las ventanas, Biblia Reina Valera Gómez (2023) cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; |
Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
Israel tenía la vista débil por la vejez y casi no veía. Cuando se los acercaron, los besó y los abrazó.
Como por un amigo o un hermano andaba triste, cabizbajo y sombrío como quien llora a una madre.
Así dice el Señor de los ejércitos: Otra vez se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén, y habrá hombres tan ancianos que se apoyen en bastones;
Un día Eli estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver.