Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
Eclesiastés 12:2 - Nueva Biblia Española (1975) Antes de que se oscurezca la luz del sol, la luna y las estrellas, y a la lluvia siga el nublado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; Biblia Nueva Traducción Viviente Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la luna y de las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras oscurezcan para siempre tu cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) antes de que se oscurezcan el sol, la luz
la luna y las estrellas,
y que vuelvan las nubes apenas haya llovido. La Biblia Textual 3a Edicion Antes que se oscurezcan el sol y la luz,° y la luna y las estrellas, Y las nubes vuelvan tras la lluvia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 antes de que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia: Biblia Reina Valera Gómez (2023) antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y las nubes se vuelvan tras la lluvia; |
Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: Hijo mío. Contestó: Aquí estoy.
Israel tenía la vista débil por la vejez y casi no veía. Cuando se los acercaron, los besó y los abrazó.
Una sima grita a otra sima con voz de cascadas: tus torrentes y tus olas me han arrollado.
Me hiciste pasar por peligros, muchos y graves; me harás revivir alzándome de las simas de la tierra;
Te vio el mar, oh Dios, te vio el mar y tembló, las olas se estremecieron;
Aunque uno viva setenta años y el más robusto hasta ochenta, su afán es fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan.
Las estrellas del cielo y las constelaciones no destellan su luz, se entenebrece el sol al salir, la luna no irradia su luz.
Aquel día bramará contra él como brama el mar. Mira a la tierra en espesas tinieblas, nubarrones oscurecen la luz.
Inmediatamente después de la angustia de aquellos días el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán'.
Un día Eli estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver.
Elí había cumplido noventa y ocho años; tenía los ojos inmóviles, sin poder ver.
En cuanto mencionó el arca de Dios, Eli cayó de la silla hacia atrás, junto a la puerta; se rompió la base del cráneo y murió. Era ya viejo y estaba torpe. Había sido juez de Israel cuarenta años.