Treinta años tenía cuando se presentó al Faraón, rey de Egipto; saliendo de su presencia, viajó por todo Egipto.
Daniel 1:4 - Nueva Biblia Española (1975) jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes y aptos para servir en palacio, y ordenó que les enseñaran la lengua y literatura caldeas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Biblia Nueva Traducción Viviente «Selecciona solo a jóvenes sanos, fuertes y bien parecidos —le dijo—. Asegúrate de que sean instruidos en todas las ramas del saber, que estén dotados de conocimiento y de buen juicio y que sean aptos para servir en el palacio real. Enseña a estos jóvenes el idioma y la literatura de Babilonia». Biblia Católica (Latinoamericana) Esos jóvenes no debían tener defecto alguno, debían tener una buena presencia, poseer un buen juicio, ser instruidos y bien educados, en una palabra, ser capaces de mantener su rango en el palacio del rey y de aprender allí la escritura y la lengua de los Caldeos. La Biblia Textual 3a Edicion jóvenes perfectamente sanos, de buen parecer, bien formados en sabiduría, cultos e inteligentes, y aptos para servir en el palacio real, y ordenó que se les enseñara la lengua y literatura de los caldeos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 jóvenes, sin defecto alguno, de buen parecer, instruidos en toda sabiduría, cultos e inteligentes y capacitados para la vida en la corte, a fin de enseñarles la lengua y literatura de los caldeos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, y de buen parecer, e instruidos en toda sabiduría, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. |
Treinta años tenía cuando se presentó al Faraón, rey de Egipto; saliendo de su presencia, viajó por todo Egipto.
No había en todo Israel hombre más apuesto ni tan admirado como Absalón: de pies a cabeza no tenía un defecto.
¿Has visto un hombre diestro en su oficio? Estará al servicio de reyes, no estará al servicio de gente oscura.
Eliaquín, Sobná y Yoaj dijeron al copero mayor: Por favor, háblanos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en hebreo ante la gente que está en las murallas.
Israel, yo voy a conducir contra ustedes un pueblo remoto -oráculo del Señor- : un pueblo duradero, un pueblo antiquísimo, un pueblo de lengua incomprensible, no entenderás lo que diga:
Los adivinos contestaron al rey: No hay un hombre en la tierra que pueda decir lo que el rey pide; ningún rey ni príncipe ha exigido cosa semejante a magos, astrólogos o adivinos.
Mandó llamar a los magos, astrólogos, agoreros y adivinos para que le explicaran el sueño. Cuando llegaron a su presencia,
Acudieron los magos, astrólogos, agoreros y adivinos; les conté mi sueño, pero no supieron explicarme su sentido.
En el reino hay un hombre a quien Dios ha concedido espíritu de profecía. En el reinado de tu padre demostró poseer inteligencia, prudencia y un saber sobrehumano.
A gritos mandó que vinieran los astrólogos, magos y adivinos, y dijo a los sabios de Babilonia: El que lea y me interprete ese escrito, se vestirá de púrpura, llevará un collar de oro y ocupará el tercer puesto en mi reino.
El año primero de Darío, hijo de Jerjes, medo de linaje y rey de los caldeos,
diciéndole: Corre a decirle a aquel muchacho: Por la multitud de hombres y ganados que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; '
Por entonces nació Moisés, el hombre grato a Dios. Se crió tres meses en casa de su padre;
Así aprendió Moisés la sabiduría de los egipcios, y fue elocuente y hombre de acción.
para prepararse una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, una Iglesia santa e inmaculada.
Luego preguntó a Zébaj y a Salmuná: ¿Cómo eran los hombres que ustedes mataron en el Tabor? Respondieron: Parecidos a ti: Tenían aspecto de príncipes.