prendado está el rey de tu belleza, ríndele homenaje, que él es tu señor.
Cantares 4:1 - Nueva Biblia Española (1975) ¡Qué hermosa eres, mi amada, qué hermosa eres! Tus ojos de paloma, por entre el velo; tu pelo es un rebaño de cabras descolgándose por las laderas de Galaad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma; Tus cabellos como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de Galaad. Biblia Nueva Traducción Viviente Eres hermosa, amada mía; tan hermosa que no puedo expresarlo. Tus ojos son como palomas detrás del velo. Tu cabello cae en ondas, como un rebaño de cabras que serpentea por las laderas de Galaad. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Qué bella eres, amada mía,
qué bella eres!
Tus ojos son como palomas
detrás de tu velo. La Biblia Textual 3a Edicion Él He aquí eres hermosa, amada mía. ¡He aquí, eres hermosa! Tus ojos son palomas a través de tu velo, Tus cabellos como un rebaño de cabras Que descienden al alba del monte Galaad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Qué bella eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, a través de tu velo. Tus cabellos, como un hato de cabras ondulando en el monte Galaad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí que tú eres hermosa, amada mía, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como rebaño de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad. |
prendado está el rey de tu belleza, ríndele homenaje, que él es tu señor.
Habla mi amado y me dice: 'Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí!
Paloma mía que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco. déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz y es hermosa tu figura'.
¡Aparta de mí tus ojos, que me turban! Tus cabellos son un hato de cabras que se descuelgan por las cuestas de Galaad;
Pues así dice el Señor al palacio real de Judá: Aunque fueras para mí como Galaad o la cumbre del Líbano, juro que haré de ti un desierto, una ciudad deshabitada;
Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié -oráculo del Señor- .
Pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu propiedad, vecino solitario de la foresta del Carmelo; que pasten como antaño en Basan y Galaad;
Los rubenitas y los gaditas poseían inmensos rebaños, y viendo que la tierra de Yazer y de Galaad era excelente para el ganado,
Moisés asignó Galaad a la tribu de Maquir, hijo de Manases, que se estableció allí.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy sencillo y humilde: encontrarán su respiro,
Y nosotros, que llevamos todos la cara descubierta y reflejamos la gloria del Señor, nos vamos transformando en su imagen con resplandor creciente; tal es el influjo del Espíritu' del Señor.